José Antonio Reyes, 4º temporada, 99 partidos en Liga con el Atlético, afrontando este año su madurez definitiva. O no.
Hasta el desplante en Bilbao, era el único futbolista de la plantilla que había disputado los 16 encuentros oficiales.
La temporada 10-11 fue el futbolista que más balones perdió de toda la Liga. Este año, su promedio de pérdidas es aún mayor.
Reyes está irritado. Lo personifica pegando un palo a su entrenador, porque su cabreo con el mundo suena pueril y la autocrítica escasea en el balompié, pero su disgusto lo explica su ego, siempre estandarte, y ahora obligado a enterrarse tras un proyecto colectivo. Le queda lejos el verano, donde se vió jefe de la manada, heredero al trono máximo. Ausentes los talentos, se atisbó importante, definitivo, cabeza de ratón. Pero alfileres sujetan su cuentolalechera. A Reyes se le ha aparecido un bordillo incómodo donde no pensaba encontrarlo. Un bache futbolístico ante el que no ha tenido recursos. Uno de tantos momentos en una carrera deportiva que un héroe supera en silencio, trabajando desde y para el grupo. Reyes lo ha afrontado sin valentía, sin liderazgo y sin responsabilidad de sus actos. Su cabeza cocina explicaciones banales, simplificadas hacia fuera, donde se encuentra las razones de sus problemas. Siempre fuera.
[laculpaesdeManzano] QUIÉN?
Reyes ha ido a por Manzano. La cresta mediática le señala, la grada le señala y el utrerano, subido a la noria, le ha visto eslabón débil. Primero pataleó en los medios: “No me gusta que me cambien”. Y, tras no sentir la influencia, salió bramando en San Mamés, tras ser sustituido en una de tantas actuación discretas de esta temporada. Compañeros de la infantería de la plantilla le han censurado. Recriminar el sistema de turnos colectivo por razones individuales son recriminaciones al grupo. El resto del plantel sí pasa por las rotaciones.
Reyes ha tenido durante su carrera de clubs ocho entrenadores, incluído Manzano, en cuatro equipos distintos. La mitad de ellos, en el Atlético. Nunca vió tantos cambios como en el conjunto rojiblanco. Cuando el futbolista consigue la estabilidad y el movimiento llega de fuera, es sencillo pensar que, si antes funciona y ahora no, es responsabilidad de la novedad. Él ya era bueno antes de llegar Manzano. Él ya estaba. Ya le quería la afición. Ya era un ídolo. Ya sonaba su vuelta a la selección. Ya llegaban ofertas extranjeras. Ya era rey antes de Manzano. La ecuación retumba simplificada en su cabeza.
[laclaveQSF] CUÁNDO?
Hay una visión de Reyes de la que es difícil escapar: en los últimos 6 años, tras su repatriación británica, tres clubs y cinco técnicos, solo ha rendido de verdad con un entrenador: Quique Flores, tanto en Benfica como en el conjunto rojiblanco. Ni Aguirre, Abel o Manzano en el Atlético, ni Capello en el Real Madrid -momentos brillantes, solo 14 partidos de titular- han conseguido sacar el máximo rendimiento del sevillano.
Quique Flores no le domó el carácter. Le agasajó. Le ubicó en el centro del universo atlético, para matenerle siempre contento. Le trató como un genio incomprendido, le dió su espacio, le bailó todas las aguas -posición, galones, ninguna sustitución- y a cambio solo le exigió que se ganara a la grada, siempre tan legítima y de aquellas regurgitando su defunción. Y se la ganó. Con guiños contínuos, algunos infantiles: carreras desquiciadas, presión solitaria, regates sin interés, aplauso fácil. Y así, en esa conjunción de los astros, su descomunal talento se desbocó. Reyes no maduró, solo vivió una etapa feliz.
[intermitencia] CUÁNTO?
Reyes juega menos con Manzano. Pero no juega ostensiblemente menos. Es la sensación de protección la que ha perdido. Con Quique Flores, en la temporada que más minutos disputó de toda su carrera deportiva, jugó siempre que estuvo disponible: se perdió cuatro partidos ligueros, todos por sanción. Solo fue sustituido una vez antes del minuto 75. Disputó un total de 44 partidos, el 79% de los minutos en juego.
Con Manzano, hasta el desplante en Bilbao, era el único futbolista que había disputado los 16 partidos oficiales. Todos. 11 como titular y 5 desde el banco -7 y 2 en Liga-. Un 70% del total de los minutos. Solo Filipe Luis y Gabi habían disputado un puñado más. En el método de Manzano, el 70% del tiempo representa la continuidad. Reyes es de los habituales del técnico, uno de los únicos que jamás salieron de una convocatoria por razones técnicas. De su estrecho grupo de confianza. No era suficiente. Reyes no entiende de ideas colectivas. No atiende cuánto juegue el resto, únicamente lo suyo: el dolor de haber disputado solo 6 partidos completos. Retirarle es humillarle.
¿Es un problema de minutos? ¿Necesita Reyes más tiempo sobre el campo? ¿Ha sido sustituido en encuentros donde se podía entrever que en el resto de minutos iba a cambiar el rumbo del partido? ¿Brilló cuando tuvo ocasión? ¿La inconsistencia ha sido una razón para bajar el rendimiento? ¿Debe tener un futbolista un trato distinto al resto? ¿Lo ha merecido? En definitiva, ¿a qué nivel está Reyes?
[rendimientoreal] CÓMO?
La temporada 2010-11, Reyes perdió 455 balones, más que ningún otro futbolista de la Liga. Muy lejos de sus compañeros Agüero (304) y Forlán (216). Más incluso que Messi (416) o Ronaldo (409), con rendimientos en otra dimensión. En lo que va de campaña 2011-12, sigue siendo el futbolista atlético con más pérdidas (102 balones), por delante de Diego (96), Falcao (74) y Arda (70). La campaña pasada, siendo el futbolista del campeonato al que más balones robaron los rivales, promedió 13 pérdidas por partido. Este año, roza las 15.
Su juego demanda riesgos, cierto. Pero el resto de jugadores en su rango también, y sus números son mejores. En su fútbol arcaico, de individuo, el acierto depende del número de intentos. Un nivel de pérdidas tan alto se resume en dos claves: Reyes lo intenta más que nadie y su índice de éxito es menor. La reiteración termina por dar resultados, pero el equipo se resiente de su terquedad y se acomoda a su monopolio. Eso le hace menos determinante.
Reyes está peor. Todos sus números han bajado. Tras el buen arranque en la previa ante Stromgodset y Vitoria -3 goles y 1 asistencia-, su incidencia ofensiva en el arranque liguero ha disminuido: una asistencia, ningún tanto en nueve encuentros. En parte no brilla porque el equipo no esta bien, en parte el equipo no está bien porque uno de sus pilares no rinde.
[susitioenelequipo] DÓNDE?
La pérdida de privilegios y la democratización del plantel le han descolocado. El cambio de estilo de juego le ha dejado obsoleto, tratando de encajar la pieza rectangular en el hueco circular. Una de las claves del mal inicio de temporada de Reyes es que ha demostrado poca versatilidad. Ha tenido poca flexibilidad para entender el juego interior del equipo. Brilló en el 4-4-2 inicial vs Stromgodset, pero con el paso al rombo se ha desubicado. El técnico le dejó su mejor silla, la del '10', con libertad, por detrás de los dos puntas. La ocupó hasta la irrupción de Arda y Diego, que le propulso al frente de ataque, como acompañante de Falcao, donde se siguió encontrando incómodo. En las últimas variantes de Manzano, como extremo puro, tampoco ha logrado recuperado su juego exterior.
Siempre fuera de sitio. En un sistema diferente, es habitual que no encajen del mismo modo todos los perfiles. Otros futbolistas, como Arda o Suárez, también se han visto obligados a reubicar posición y funciones. Reyes está sufriendo la asociación. Le molesta la compañía si no está al servicio de su juego. Así ha sido siempre, incluso cuando destacó. Su juego exige conducción y desprecia la elaboración: balón al pie y el entorno a su servicio. El curso pasado le acostumbró a llevar la iniciativa desde la acción individual. Es difícil que eso encaje en el sistema actual. A nivel teórico, hay un choque conceptual entre las propuestas de Manzano y Reyes.
El gran reto de Reyes pasa por el reciclaje. Su modernización. Debe afinar su juego en zonas donde rentabilice su capacidad para desestabilizar. Ni aporta en la creación ni debe solapar zonas interiores. Su fútbol debe pasar por acelerar la zona de tres cuartos. De momento, no logra mezclar con Diego y Arda, la nueva aristocracia del equipo, los generadores del nuevo estilo.
Reyes es un genio del fútbol. Un talento cuya felicidad depende del capricho, y sin la cual, se vuelve una bomba en un vestuario. Es un futbolista insoportable, sinvergüenza, truhán, vanidoso, insolente, arbitrario, autocomplaciente, callejero, inmaduro y excepcional. Una tara inaguantable y deliciosa de este deporte. Si Manzano quiere obtener rendimiento del sevillano, debe hacerle capitán general, cumplir sus antojos y presentarle las dificultades con la motivación de dar un salto definitivo. Porque así funciona la cabeza de Reyes.
[laculpaesdeManzano] QUIÉN?
Reyes ha ido a por Manzano. La cresta mediática le señala, la grada le señala y el utrerano, subido a la noria, le ha visto eslabón débil. Primero pataleó en los medios: “No me gusta que me cambien”. Y, tras no sentir la influencia, salió bramando en San Mamés, tras ser sustituido en una de tantas actuación discretas de esta temporada. Compañeros de la infantería de la plantilla le han censurado. Recriminar el sistema de turnos colectivo por razones individuales son recriminaciones al grupo. El resto del plantel sí pasa por las rotaciones.
Reyes ha tenido durante su carrera de clubs ocho entrenadores, incluído Manzano, en cuatro equipos distintos. La mitad de ellos, en el Atlético. Nunca vió tantos cambios como en el conjunto rojiblanco. Cuando el futbolista consigue la estabilidad y el movimiento llega de fuera, es sencillo pensar que, si antes funciona y ahora no, es responsabilidad de la novedad. Él ya era bueno antes de llegar Manzano. Él ya estaba. Ya le quería la afición. Ya era un ídolo. Ya sonaba su vuelta a la selección. Ya llegaban ofertas extranjeras. Ya era rey antes de Manzano. La ecuación retumba simplificada en su cabeza.
[laclaveQSF] CUÁNDO?
Hay una visión de Reyes de la que es difícil escapar: en los últimos 6 años, tras su repatriación británica, tres clubs y cinco técnicos, solo ha rendido de verdad con un entrenador: Quique Flores, tanto en Benfica como en el conjunto rojiblanco. Ni Aguirre, Abel o Manzano en el Atlético, ni Capello en el Real Madrid -momentos brillantes, solo 14 partidos de titular- han conseguido sacar el máximo rendimiento del sevillano.
Quique Flores no le domó el carácter. Le agasajó. Le ubicó en el centro del universo atlético, para matenerle siempre contento. Le trató como un genio incomprendido, le dió su espacio, le bailó todas las aguas -posición, galones, ninguna sustitución- y a cambio solo le exigió que se ganara a la grada, siempre tan legítima y de aquellas regurgitando su defunción. Y se la ganó. Con guiños contínuos, algunos infantiles: carreras desquiciadas, presión solitaria, regates sin interés, aplauso fácil. Y así, en esa conjunción de los astros, su descomunal talento se desbocó. Reyes no maduró, solo vivió una etapa feliz.
[intermitencia] CUÁNTO?
Reyes juega menos con Manzano. Pero no juega ostensiblemente menos. Es la sensación de protección la que ha perdido. Con Quique Flores, en la temporada que más minutos disputó de toda su carrera deportiva, jugó siempre que estuvo disponible: se perdió cuatro partidos ligueros, todos por sanción. Solo fue sustituido una vez antes del minuto 75. Disputó un total de 44 partidos, el 79% de los minutos en juego.
Con Manzano, hasta el desplante en Bilbao, era el único futbolista que había disputado los 16 partidos oficiales. Todos. 11 como titular y 5 desde el banco -7 y 2 en Liga-. Un 70% del total de los minutos. Solo Filipe Luis y Gabi habían disputado un puñado más. En el método de Manzano, el 70% del tiempo representa la continuidad. Reyes es de los habituales del técnico, uno de los únicos que jamás salieron de una convocatoria por razones técnicas. De su estrecho grupo de confianza. No era suficiente. Reyes no entiende de ideas colectivas. No atiende cuánto juegue el resto, únicamente lo suyo: el dolor de haber disputado solo 6 partidos completos. Retirarle es humillarle.
¿Es un problema de minutos? ¿Necesita Reyes más tiempo sobre el campo? ¿Ha sido sustituido en encuentros donde se podía entrever que en el resto de minutos iba a cambiar el rumbo del partido? ¿Brilló cuando tuvo ocasión? ¿La inconsistencia ha sido una razón para bajar el rendimiento? ¿Debe tener un futbolista un trato distinto al resto? ¿Lo ha merecido? En definitiva, ¿a qué nivel está Reyes?
[rendimientoreal] CÓMO?
La temporada 2010-11, Reyes perdió 455 balones, más que ningún otro futbolista de la Liga. Muy lejos de sus compañeros Agüero (304) y Forlán (216). Más incluso que Messi (416) o Ronaldo (409), con rendimientos en otra dimensión. En lo que va de campaña 2011-12, sigue siendo el futbolista atlético con más pérdidas (102 balones), por delante de Diego (96), Falcao (74) y Arda (70). La campaña pasada, siendo el futbolista del campeonato al que más balones robaron los rivales, promedió 13 pérdidas por partido. Este año, roza las 15.
Su juego demanda riesgos, cierto. Pero el resto de jugadores en su rango también, y sus números son mejores. En su fútbol arcaico, de individuo, el acierto depende del número de intentos. Un nivel de pérdidas tan alto se resume en dos claves: Reyes lo intenta más que nadie y su índice de éxito es menor. La reiteración termina por dar resultados, pero el equipo se resiente de su terquedad y se acomoda a su monopolio. Eso le hace menos determinante.
Reyes está peor. Todos sus números han bajado. Tras el buen arranque en la previa ante Stromgodset y Vitoria -3 goles y 1 asistencia-, su incidencia ofensiva en el arranque liguero ha disminuido: una asistencia, ningún tanto en nueve encuentros. En parte no brilla porque el equipo no esta bien, en parte el equipo no está bien porque uno de sus pilares no rinde.
[susitioenelequipo] DÓNDE?
La pérdida de privilegios y la democratización del plantel le han descolocado. El cambio de estilo de juego le ha dejado obsoleto, tratando de encajar la pieza rectangular en el hueco circular. Una de las claves del mal inicio de temporada de Reyes es que ha demostrado poca versatilidad. Ha tenido poca flexibilidad para entender el juego interior del equipo. Brilló en el 4-4-2 inicial vs Stromgodset, pero con el paso al rombo se ha desubicado. El técnico le dejó su mejor silla, la del '10', con libertad, por detrás de los dos puntas. La ocupó hasta la irrupción de Arda y Diego, que le propulso al frente de ataque, como acompañante de Falcao, donde se siguió encontrando incómodo. En las últimas variantes de Manzano, como extremo puro, tampoco ha logrado recuperado su juego exterior.
Siempre fuera de sitio. En un sistema diferente, es habitual que no encajen del mismo modo todos los perfiles. Otros futbolistas, como Arda o Suárez, también se han visto obligados a reubicar posición y funciones. Reyes está sufriendo la asociación. Le molesta la compañía si no está al servicio de su juego. Así ha sido siempre, incluso cuando destacó. Su juego exige conducción y desprecia la elaboración: balón al pie y el entorno a su servicio. El curso pasado le acostumbró a llevar la iniciativa desde la acción individual. Es difícil que eso encaje en el sistema actual. A nivel teórico, hay un choque conceptual entre las propuestas de Manzano y Reyes.
El gran reto de Reyes pasa por el reciclaje. Su modernización. Debe afinar su juego en zonas donde rentabilice su capacidad para desestabilizar. Ni aporta en la creación ni debe solapar zonas interiores. Su fútbol debe pasar por acelerar la zona de tres cuartos. De momento, no logra mezclar con Diego y Arda, la nueva aristocracia del equipo, los generadores del nuevo estilo.
Reyes es un genio del fútbol. Un talento cuya felicidad depende del capricho, y sin la cual, se vuelve una bomba en un vestuario. Es un futbolista insoportable, sinvergüenza, truhán, vanidoso, insolente, arbitrario, autocomplaciente, callejero, inmaduro y excepcional. Una tara inaguantable y deliciosa de este deporte. Si Manzano quiere obtener rendimiento del sevillano, debe hacerle capitán general, cumplir sus antojos y presentarle las dificultades con la motivación de dar un salto definitivo. Porque así funciona la cabeza de Reyes.
10 comentarios:
Lo que no podría ser es que Manzano insistiera en su mensaje de "todos son importantes" y el de "gánate un puesto" y luego dar la titularidad por sistema a Reyes cuando está jugando fatal.
En todos los partidos fuera de casa en liga, ha sido titular. Resultado: ningún gol a favor. Si juegas fuera de casa vas a tener pocas oportunidades, necesitas mantener el balón para generar algo, ser muy cuidadoso con cada balón que recibes. Y Reyes no lo es, ya lo sabemos. Tal y como está su rendimiento, yo no lo metía en el grupo del 70%. Arda está muy por encima, incluso Adrián. Para mí, suplente, hasta que se gane el puesto. Y si no, se le vende en invierno.
El affaire Reyes va a condenar a Manzano igual que el affaire Forlán condenó (en parte) a QSF. Y si no, al tiempo. Es cuestión de perder un par de partidos más para que Manzano sea destituido. Agotó todo su crédito en Bilbao, la afición no lo quiere y lo señala como culpable. Será la primera cabeza en rodar si el proyecto fracasa.
Si hubiera sido un crack mundial nunca hubiera salido de Arsenal... Y mucho menos del Bernabeu.
QSF le rehabilitó, si, le pasó de la heroina a la metadona dándole una pelota y un equipo alrededor que le mirara, con todo y con eso 6 goles en 40 partidos o por ahí.
Y esa estadistica que decía que era al que mas pegaban (porque no se la pasaba ni a Cristo), por encima de Maradona y Cruyff.
No nos asustemos de todos modos, el que despreciara a su entrenador y a su madre era cuestión de tiempo... Suele pasar cuando no te vas ni de tu sombra.
Ciao Jose, no serás historia porque quizás nunca debiste venir, cuando se empieza con mal pie es normal que se acabe tropezando.
Aún así, si quisieras pasar por el aro, cooperar con la idea Manzano, estaría gustoso de tragarme mis palabras.
La verdad es que es una pena, porque es un artista. Pero la única posibilidad de cumplir "su sueño", para mi disparatado, de volver a la selección sería adaptarse al juego asociativo que quiere tener el Atleti. Si no se ofusca lo debería de ver como una oportunidad. No pierdo la esperanza porque clase tiene, lo que no sé es si tiene cabeza. Veremos.
Salud y Aupa Atleti.
Por cierto a Maca, lo de las Birras sigue en pie, de momento somos dos, estaría bien que Don Humanisto se pronunciara al respecto, ya que es el nexo de unión de todos nosotros. Igual le estoy poniendo en un compromiso....
Salud y Aupa Atleti.
Phineas, tiene usted toda la razón es un artista... pero se cree un genio y, a mi juicio, no lo es. Yo le veo recuperable, es cuestión de tiempo y de querer. Su entorno (desconozco cuál es) debe trabajar al respecto. Tiene mucho que decir en este equipo y con este esquema. Solo tiene que verlo claro.
Por cierto, Sr. humanisto, en la siguiente ola en el Calderón no me levantaré por el equipo sino por usted. Gracias infinitas.
Completamente de acuerdo con Maca, para mi no es un genio.
Desvariando un poco, es el típico perfil que se contrata en la empresa española, bullicioso, vistoso, aparente, pero a la hora de aportar a la empresa, de generar negocio, lo justito, o como vemos ahora, o como vimos antes "no pasar el balón a la rubia", resta más que suma.
[OFFTOPIC] @Maca + @Phineas. A ver, tampoco debo ser yo nexo de nada, quedad libremente. De hecho, no soy una apuesta nada segura en el Calderón. Acudo cuando puedo por tiempo/pasta.
Para no quedar de Houdini, os digo que hay una cita interesante este viernes en el Cultura Pop, 8 de la tarde, con Iñako Díaz Guerra, Petón, Julio Ruiz o Iván Castelló, entre otros; sobre "Futbol y Musica". Si alguno se anima, estaré por ahí, entre birras.
http://www.popandsoul.info/culturapop2/?page_id=1789
Excelente artículo. Temía este momento (el que Reyes se borrara del equipo) desde el inicio de pretemporada. A ver si Manzano y Caminero lo reconducen, porque Reyes motivado es mucho.
Muy buena pinta lo del Cultura Pop, por cierto. Si puedo, me acerco, que andaré a caballo entre Madrid y Segovia.
Un abrazo a todos!!
¡OE, OE Y OE! Sé que no es el sitio, pero... ¡¡QUE GOZADA LO DE AYER!! Lo siento, no me podía reprimir.
De acuerdo con casi todo, pero que nadie ponga en duda que Reyes es un genio. O que ahora con el viento en su contra digamos que el año pasado tampoco fue para tanto. La temporada pasada el Atleti fue Kun + Reyes, y que ahora esté mal, que lo está, y que la haya cagado, no quita para reconocerle su mérito del año pasado. Por conjunción de astros o por lo que sea, pero algo tendría también que ver él.
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