En el mejor de los casos, Perea y Raúl García no tropiezan en la enésima actuación de feria atlética y el equipo llega vivo al final del encuentro. Incluso, no hubiera sido descabellado pensar que, en el descuento, Cuéllar no desviara en vuelo el cabezazo de Valera, único remate a puerta del partido, y el Atlético hubiera firmado otro resultado, en una historia de sobra conocida.
Pero las cuentas de la lechera se agriaron y sacaron a la luz la endemia atlética, un conjunto que durante años ha sobrevivido a arreones y que ha encontrado cierta comodidad en su rol de simpático animador del campeonato. Con Quique al mando, amagó fiabilidad durante unos meses, los que le valieron para imponerse en los duelos frontales de las eliminatorias, pero en la carrera de fondo de la Liga, las carencias son evidentes. Duele aún más porque Villarreal y Valencia se disparar en la tabla y el equipo empieza a dar avisos de que será un milagro darles caza. Quizá sea necesario ver un par de partidos de los castellonenses para reajustar los objetivos rojiblancos en la Liga.
Hace tiempo que las señales del juego rojiblanco son preocupantes, y no siempre el marcador es el indicador más fiable. El plantel es limitado, con un once solvente y un par de estrellas de primer nivel. Pero en su ausencia, el equipo torna vulgar y los relevos no tienen ni el tono ni la actitud reactiva necesaria. Hacer la plantilla más larga solucionaría el hándicap físico, pero acarrearía problemas de gestión y se comería la estrategia de cantera rojiblanca.
Para mayor preocupación, el síndrome Torres se ha reproducido en Agüero, algo que afición y club se temían, y la dependencia en el argentino se agiganta, en parte porque su crecimiento en los últimos meses no ha tenido freno. Coincide, además, con las dudas de otros abanderados -Forlán, Reyes, De Gea-, que ha hecho que la diferencia entre el Kun y el resto del equipo se haya hecho abismal. Tanto es así que en el club han terminado por creer que con el chico en el campo todo es posible, y que sin él, el equipo es un rastrojo. Pero ni una cosa ni la otra es cierta, y más le vale al club virar esa tendencia perversa porque al equipo le queda una segunda vuelta con mucho río por remar, y de no dar caza al cuarto puesto, el jugador tiene muchas papeleteas de abandonar el equipo al final de campaña.
Con las ausencias de Agüero, Reyes y Tiago -el portugués a última hora-, Forlán a medio gas, y los noveles Elías y Juanfran aún tomando el pulso al equipo, el equipo en Gijón fue un experimento mortal. La incomparecencia de Raúl García llevó a Assunçao a asumir la recuperación, salida, ajuste e incluso llegada por cuenta propia. No tiene problemas físicos el brasileño para desplegarse por dos, pero sus carencias con el balón le imposibilitan para tareas mayores.
Con un panorama desolador, el Atlético se entregó al ímpetu de Diego Costa, el único con ganas de hacer algo. Su juego no solo es primario, sino que es tremendamente absorbente para el equipo, que recurrió al tanquete carioca una y otra vez, por arriba y por abajo. Un recurso hecho norma. El brasileño, que a la melé va de lujo, percutió durante hora y media ignorando leyes de la física tan elementales como aquella de que la materia es impenetrable.
No fue mejor el despliegue del Sporting que el Atlético, pero acertó en el regalo -el único, en realidad- de la zaga rojiblanca, y bastó para maquillar las sensaciones locales tras dos semanas agónicas. Porque el partido fue un delito, un suplicio para el espectador. Un envite bronco, sin áreas, con más patadas a las tibias que al balón, y que bien pudo haber durado cuatro días y seguir igual. Bueno no, porque otra ley más mundana explica que llevado un partido al infinito, tarde o temprano alguien del Atleti tropieza en su área. En esta ocasión, fueron Perea y Raúl García, que dejaron la pelota mansa para el remate de Barral, que pasaba por ahí, y se convirtió en el hombre más feliz del día. Quique, que sigue sin fiarse de los repuestos defensivos llegados en agosto, había tirado de vieja guardia -Valera, Perea, Ujfalusi y López- y así le fue.
Pero las cuentas de la lechera se agriaron y sacaron a la luz la endemia atlética, un conjunto que durante años ha sobrevivido a arreones y que ha encontrado cierta comodidad en su rol de simpático animador del campeonato. Con Quique al mando, amagó fiabilidad durante unos meses, los que le valieron para imponerse en los duelos frontales de las eliminatorias, pero en la carrera de fondo de la Liga, las carencias son evidentes. Duele aún más porque Villarreal y Valencia se disparar en la tabla y el equipo empieza a dar avisos de que será un milagro darles caza. Quizá sea necesario ver un par de partidos de los castellonenses para reajustar los objetivos rojiblancos en la Liga.
Hace tiempo que las señales del juego rojiblanco son preocupantes, y no siempre el marcador es el indicador más fiable. El plantel es limitado, con un once solvente y un par de estrellas de primer nivel. Pero en su ausencia, el equipo torna vulgar y los relevos no tienen ni el tono ni la actitud reactiva necesaria. Hacer la plantilla más larga solucionaría el hándicap físico, pero acarrearía problemas de gestión y se comería la estrategia de cantera rojiblanca.
Para mayor preocupación, el síndrome Torres se ha reproducido en Agüero, algo que afición y club se temían, y la dependencia en el argentino se agiganta, en parte porque su crecimiento en los últimos meses no ha tenido freno. Coincide, además, con las dudas de otros abanderados -Forlán, Reyes, De Gea-, que ha hecho que la diferencia entre el Kun y el resto del equipo se haya hecho abismal. Tanto es así que en el club han terminado por creer que con el chico en el campo todo es posible, y que sin él, el equipo es un rastrojo. Pero ni una cosa ni la otra es cierta, y más le vale al club virar esa tendencia perversa porque al equipo le queda una segunda vuelta con mucho río por remar, y de no dar caza al cuarto puesto, el jugador tiene muchas papeleteas de abandonar el equipo al final de campaña.
Con las ausencias de Agüero, Reyes y Tiago -el portugués a última hora-, Forlán a medio gas, y los noveles Elías y Juanfran aún tomando el pulso al equipo, el equipo en Gijón fue un experimento mortal. La incomparecencia de Raúl García llevó a Assunçao a asumir la recuperación, salida, ajuste e incluso llegada por cuenta propia. No tiene problemas físicos el brasileño para desplegarse por dos, pero sus carencias con el balón le imposibilitan para tareas mayores.
Con un panorama desolador, el Atlético se entregó al ímpetu de Diego Costa, el único con ganas de hacer algo. Su juego no solo es primario, sino que es tremendamente absorbente para el equipo, que recurrió al tanquete carioca una y otra vez, por arriba y por abajo. Un recurso hecho norma. El brasileño, que a la melé va de lujo, percutió durante hora y media ignorando leyes de la física tan elementales como aquella de que la materia es impenetrable.
No fue mejor el despliegue del Sporting que el Atlético, pero acertó en el regalo -el único, en realidad- de la zaga rojiblanca, y bastó para maquillar las sensaciones locales tras dos semanas agónicas. Porque el partido fue un delito, un suplicio para el espectador. Un envite bronco, sin áreas, con más patadas a las tibias que al balón, y que bien pudo haber durado cuatro días y seguir igual. Bueno no, porque otra ley más mundana explica que llevado un partido al infinito, tarde o temprano alguien del Atleti tropieza en su área. En esta ocasión, fueron Perea y Raúl García, que dejaron la pelota mansa para el remate de Barral, que pasaba por ahí, y se convirtió en el hombre más feliz del día. Quique, que sigue sin fiarse de los repuestos defensivos llegados en agosto, había tirado de vieja guardia -Valera, Perea, Ujfalusi y López- y así le fue.
Con el 1-0 y los rojiblancos atascados, salieron los jóvenes Mérida y Koke para el tramo final, pero Quique fue más prudente con Borja, al que no quiso quemar en este incendio. El Atlético arreó lo justo para meter miedo con su único disparo a puerta, en el descuento, en un cabezazo de Valera que hubiera colgado al equipo una medalla por la que nunca luchó.
A partir de ahora el margen de error es mínimo, y el Atlético, incapaz con este grupo de afrontar dos partidos por semanas, tendrá a la fuerza que sentirse mejor con un calendario más desahogado, con los grandes rivales teniendo que pasar por el Calderón y con la recuperación de Agüero y Reyes. De algo habrá que hablar, quedan cuatro meses por delante.
11 comentarios:
Me parece perfecto su análisis. Ahora bien, ¿no cree que Quique tuvo, ayer y en otros partidos, parte de la culpa? Me parece muy buen entrenador, pero últimamente me desquicia con sus alineaciones y con la tardanza a la hora de realizar los cambios. Me refiero, por ejemplo, a que tengamos que aguantar de titulares a jugadores como Raúl García (que, en mi opinión, su juego es patético desde hace meses), Valera (que ni sabe defender ni subir, parece que sólo va bien de cabeza) o Antonio López, de nivel muy inferior a Filipe, por mucho que este no esté, ni de lejos, en su mejor momento.
Respecto a la tardanza a la hora de hacer los cambios, me parece increible que tuviéramos que soportar a Raúl García hasta el 75 (a la media hora ya se veía que no hacía más que estorbar) y que Quique no intentara mover las piezas hasta los últimos 20 minutos. Y no es la primera vez que lo hace: se percibe cierta inmovilidad durante los partidos.
Creo, además, que se comete un error al dejar a Domínguez, Filipe y Godín en el banquillo. Lo del central uruguayo clama al cielo: hasta que estuvo un mes de baja hizo una pareja brutal junto a Domínguez: buena salida de balón, marcaje serio, autoridad, bien de cabeza. Quique lo condenó al banquillo no se sabe muy bien porqué, y desde entonces perdió la confianza, claro (y de ahí fallos como contra el Hércules -aunque ojo, allí lo hicieron todos muy mal). Pero me parece que Domínguez y Godín han demostrado de sobras que deben ser los centrales de este equipo. Perea no es santo de mi devoción: mucha velocidad (en eso es de lo mejor que hay), pero es muy endeble y comete fallos que, o bien resuelve Van der Gea (maravilloso, junto a Reyes y Kun lo mejor, para mí, que tiene el Atleti) o acaba en gol. Ujfalusi de lateral derecho no me parece mala opción teniendo en cuenta lo que hay.
Lo de Forlán es desesperante: no nos queda otra que rezar porque firme una de sus segundas vueltas marcas de la casa.
Joder, ya no se me ocurre que decir, no quiero echar más leña al fuego, que al final terminará quemado a Quique, pero es que no entiendo nada, ni las alineaciones, ni la falta de carácter y de profesionalidad, ni nada de nada.
Siempre he pensado que no era bueno ser eliminados de las otras dos competiciones, aunque se tiene más descanso, moralmente están hundidos. Si la gente válida está más atenta en buscar la puerta de salida, ya veremos como acabamos.
Es una pena, entre la directiva y la distancia entre el secretario técnico y el entrenador nos vamos a pique.
Si no fuera por tus crónica, te felicito una vez más, le iban a dar mucho por ahí al atleti, este no es mi atleti, joder, toda la puta vida sufriendo.
Miguel
Ya va empezando la campaña contra QSF. Esperemos que el domingo que viene se saque el partido adelante porque sino desmembrarán al equipo más de lo que está (si hay más cambios que sean en junio por favor). Una vez funcionó el experimento con Abel pero un cambio de técnico ahora no arreglaría nada. Milinko, el Cholo, etc. quizás darían nuevo aire por unas semanas, pero al final sería más de lo mismo porque no hay mimbres suficientes.
Quique últimamente parece desquiciado y sin ideas. De acuerdo contigo Danielu, sobre todo en la tardanza en los cambios (esto me repatea, no ve que R.García resta). Yo nunca había visto en mi vida, creo, a un entrenador cambiar tanto de alineación como QSF. Lo de la defensa, que cada día es una completamente diferente.. vale que no están bien, pero como se van a acostumbrar si cada día pone una combinación (no creo que ahora Godín y Dominguez sean tan malos)... Creo que Valera a mejorado mucho y se deja la piel, aunque no tenga mucho caracter no me parece tan malo (de interior, porque de lateral uff, se lo hacen siempre muy fácil). Ni Antonio López. Incluso Perea, en este equipo, es muy importante, a salvado y salvará más de las que falla. Yo no entiendo p. ej el cambio de antonio por filipe a tan poco del final. Yo pondría de titulares a los dos viendo lo que hay. A mi Elías me parece otro dominicano nacionalizado brasileño como Costa, Cleber y toda la mierda que trae nuestro querido Pitarch. Me parece que no arriesga, no se si porque no puede o por miedo, está por ver. Assunsao las corta todas, pero no da un pase bien, en cualquier caso es el mejor ahí, manda huevs.. Pero QSF ni perdiendo contra rivales tan "fáciles", con respeto pero el sporting tiene muy poco, no le quita. Joder, a mi me parece de cajón según lo visto y perdiendo a un tío donde assunsao con mejor salida (Koke) y acompañando, pero por delante, a Mérida (en banda no vale pa ná) un interior zurdo, p.ej filipe, ya que no hay ningún zurdo ni diestro que se mueva bien en banda izquierda, Juanfran en la derecha y dos delanteros centro, líneas superadelantadas y presión. Por decir algo, busca la combinación que más te guste, pero presiona con todo joder... claro que sin alma ni caracter ni talento lo llevamos claro..
Para mi QSF está en el mismo bucle negativo que los jugadores. Está bloqueado. O cambia mucho la cosa o daremos gracias de clasificar para la Europa Ligue y que nos caneen cualesquiera tipo Aris.. Damos pena allá a donde vamos, cualquier equipillo nos gana fácil, vease el Madrid, como con tan poco nos ganan 0-1.
Adios a Agüero como a Torres, es que joder, puta directiva de mierda, (perdoname Humanisto)hacen como cualquier empresa, queman al mejor que tienen hasta que se va cansado de luchar para nada. No tienen perdón, mientras sigan siempre nos pasará lo mismo - partido para cojer a los de champions = derrota asegurada - por lo menos en la quiniela tenemos un acierto asegurado :)
Pues mira Milinko Pantic sería un buen entrenador, ya que tiene experiencia con los niños, que son lo que parecen estos jugadores, un tío con visión de juego como jugador y encima es de la casa ;)
Humanisto, enhorabuena una vez más. Estupendas las últimas tres entradas. Tiene mucho mérito sacarlas tan seguidas y mantener el nivel tan alto. Un gusto leerlas.
Puestos a pedirte el más difícil todavía, sería muy bienvenido un tercer informe de la tercera vuelta: el entrenador. Me ha parecido entender en alguna entrada anterior que tienes una buena opinión de Quique, de su competencia, compromiso y ambición. Sin embargo, lo que dice Danielu es vox populi en el Calderón. Quique no le da sensación de coherencia a la grada. No digo que sus decisiones sean arbitrarias. Quizá respondan a lo que se nos escapa a los que observamos desde fuera: a lo que ve en los entrenamientos, a las necesidades de motivar individualmente a jugadores concretos, a criterios de cómo gestionar el vestuario en cada fase de la temporada. Quizá. Si es así, Quique tiene un problema de comunicación con la afición, porque realmente da la impresión de que pega demasiados bandazos incongruentes (ahora con extremos, ahora con rombo, ahora sin extremos ni rombo, nunca la misma defensa, etc.) y tarda demasiado en hacer cambios evidentes durante los partidos, como señala Danielu. La gestión de las faltas de concentración y de intensidad de jugadores concretos también parece errática: su forma punitiva de motivar a Domínguez y Godín después de sus fallos contrasta con los mimos con los que suele tratar a Perea (veremos qué hace con él y Raúl García después del fallo en el Molinón). No sé si aprecias alguna fluctuación en sus decisiones y su enfoque general desde que llegó y, sobre todo, desde que ganó dos competiciones. En fin, que habría mucha tela que cortar y quizá merecería una entrada monográfica.
Saludos.
agüero en verano al city por tevez...
Me sorprenden tus crónicas porque siempre veo un deje de esperanza, de confianza.
Me alegro por ello, pero después del lamentable espectáculo de ayer a mi ya se me han agotado.
Yo creo que el crédito de Quique ya está muerto, seamos sinceros con nosotros mismos, el equipo sólo ha jugado bien un par o tres partidos toda la temporada. Quizás es un problema de objetivos (tenemos que luchar por Europa League, es nuestro nivel), pero hasta los equipos que tienen este nivel tienen más partidos buenos. Nosotros no. Y no jugamos bien porque hay jugadores que no valen (Raul García y TODA la defensa de ayer son un buen ejemplo) para ser titulares en un Atlético que busque champions. No entiendo muchas cosas, como que no jueguen ni Dominguez ni Godín ni Filipe (al 30% los tres son mejores que los titulares de ayer), que Quique no sea capaz, ante la ausencia de Reyes y Aguero, de colocar un centrocampista con algo de visión de juego en el centro del campo, y tampoco entiendo por qué mete a Diego Costa. ¿Quique, qué esperabas? ¿Sólo no encajar? ¿Un remate de córner, un zurriagazo de Forlán?. No se puede salir a especular, y menos cuando el Valencia te saca 10 puntos. O todo o nada, y Quique no sé dio cuenta de ello hasta el minuto 80. Hay que salir desde el 1 a por la victoria, arriesgar, PRESIONAR. Salir al 0-0 te puede salir mal, sobre todo con la concentración que tenemos en defensa, es horrible, los jugadores se paseaban por ahí, y ni un ápice de presión, ni un poco de "si te despistas un poco te la quito". En fin, un partido pésimo. ¿Por qué desterró el rombo ayer, que era cuando más falta hacía?.
Somos incapaces de salir a jugar fuera de casa y buscar la victoria. Mirad el Espanyol. Sale a Getafe, pierde 1-0, le pone ganas y juego y acaba 1-3. Veis eso pasando en el Atleti actual? Yo sólo lo vi en Anoeta (Dios me diga por qué), y eso es un problema muy muy gordo.
Está bien apuntar a la directiva, pero seamos serios, el equipo tiene unas deficiencias tácticas y técnicas terribles, sin Kun, Reyes y Tiago da pena verlos. Si el plan para fuera de casa es poner la defensa a 10 metros del portero, 3 centrocampistas de contención y buscar a Diego Costa, lo que merecemos es luchar por no descender. Y esto es así.
P.D. Según tus cálculos, Humanisto, no podemos perder más partidos (a parte de los seguros de Madrid y Barça).
@Danielu. Creo que QSF tiene cada vez más reducido su margen de maniobra. Podemos crear un debate sobre las alineaciones, pero salvo dos o tres matices, terminaremos coincidiendo. Los cambios de QSF siempre llegan tarde, es de los que prefieren esperar a que los once que hay compitan. Cuando tenía (Jurado), los hacía antes. Pero es que ayer salieron Mérida y Koke, a los que no se les puede exigir que arreglen el jaleo que montan otros. En mi opinión, la única tarea de QSF es mantener alto el estado anímico y gestionar el grupo.
Sobre la defensa, en el centro hay un intocable (Perea) y el otro ha rotado entre Domínguez, Godín y Ufa, en parte por la irregularidad de los dos primeros. Del actual Valera no hay pega, otra cosa es López. Dicho esto, la defensa ante el Sporting me pareció sobria el 99% del tiempo y de circo en una jugada. También podríamos decir que el Atleti debería intentar marcar para sacar algo positivo. Reducir el análisis de ayer a un fallo es perder de vista una carencia mucho mayor.
@Miguel. Rotar después del desgaste de la Copa no tiene que salir obligatoriamente mal. Ves otros equipos (VAL, SEV) y funcionan bien con rotaciones. Tiene más que ver con la tensión del grupo. Si yo soy Valera y veo a Forlán y García como toros, termino enchufándome.
@Koke. QSF cambia porque no encuentra a nadie que no le falle después de tres partidos seguidos. No es que le guste hacerlo, coge los últimos cuatro meses de competición del año pasado: más de treinta partidos con los mismos 13.
@Bloguero. Si, de QSF no planteé un análisis aislado, en parte porque ya he ido metiendo cosas, como el cambio de sistema. Coincido contigo: QSF cambia mucho, pero si hiciera lo contrario diríamos que no da oportunidades a los jóvenes, que cuando salen los reservas no tienen ritmo... Repito: es coco, tensión, mentalidad ganadora y hambre. Después de cada derrota, QSF saca el tema de la debilidad mental del grupo. No es lo mismo ver que Agüero lleva tu camiseta que tener a Costa delante.
@Nónimo. No es esperanza, trato de despejar de pasión los análisis, tanto en los subidones como en los bajones. El periodismo deportivo vive en los extremos y pierden perspectiva para ganar titulares potentes. EL ritmo general del equipo va sobre lo previsto, más o menos. Lo que pasa es que VLL y VAL tienen números de campeón de perfil bajo. Si me preguntas en Agosto, te respondería que no pasarían de cuartos en Copa y Europa League y en Liga hubieran hecho una primera vuelta sobre los 32 puntos... Han hecho 30.
PD: El cálculo de 18-10-10 al que te refieres daría 64pts, y está desfasado, no da para entrar 4º esta temporada. Para hacer los 70pts de los que habla QSF (40pts en la 2ªV) hay que ganar 8 de los 9 en casa (quito al Madrid) y hacer 16pts fuera (5-6 victorias vs ZAR, GET, ALM, OSA, ESP, DEP, RAC, MLL; quito al Barça). Contando que en casa algunos son rivales directos, todo es posible. Veo al Atleti capaz de ganar a cualquier de esos. Y palmar con cualquiera. La segunda vuelta va a ser de infarto.
Pues aquí no coincidimos. Yo, de naturaleza generalmente optimista con respecto al atleti, he perdido la ilusión. No es una cuestión de pifias de equipo infantil en defensa. No es una cuestión de actitud. A mí me da que la manzana tiene gusano.
Una vez más defiendo a Quique, también noto que siempre hace los cambios tarde y al que veo algo falto de ambición. Pero ¿qué ambición tendríais vosotros? Llegas a un equipo en proceso de derribo, crees en los jugadores, recuperas la moral de la plantilla y consigues ganar contra todo pronóstico la europa league. Pides dos refuerzos en defensa y te los concenden. Moral máxima. Luego te desmantelan dos veces consecutivas el equipo mediante la venta de titulares y piezas claves... ¿Qué ambición le trasmite el club a Quique? ¿Qué exigencia trasmiten a los jugadores? ¿Qué aprecio?
La manzana tiene gusano.
Gracias, Humanisto. En mi humilde opinión, Quique lleva suficiente tiempo en su puesto como para asumir su enorme parte de responsabilidad en la debilidad psicológica del grupo, que con sus declaraciones atribuye a sus jugadores como si no fuese cosa suya. Esa es una de sus esferas de trabajo, seguramente la más importante, y las declaraciones públicas señalando con el dedo a sus jugadores como si fuesen mentalmente inestables son una pésima manera de gestionarlo.
Por cierto, que el grupo tiene en la mochila tres finales y dos títulos recientes (gracias a Quique, bien es verdad). No empezó la temporada precisamente con las pilas de la autoestima descargadas. Ese capital debería haber alcanzado para haber llevado la cabeza bien alta por lo menos toda la primera vuelta.
No sé nada de qué ocurre en ese vestuario. Quizá tú tengas más información. Desde fuera, la gestión psicológica me merece como mínimo dudas muy serias: Filipe Luis es un flan en defensa y se encoge en ataque, suda miedo por los cuatro costados; Raúl García va en picado, su pérdida de confianza es manifiesta, otro flan que rebosa miedo; a Forlán nadie le ayuda a sobrellevar la impaciencia del Calderón sin molestarse y acaba impacientándose él con la grada, más preocupado de los silbidos que de la pelota y cada día más harto de la ingratitud de los aficionados, en una espiral que lo saca del juego y acabará sacándolo del club; el Kun ya tiene el síndrome de Torres, el de querer ganar el partido él solo, y abusa de la jugada individual con la monotonía del triplista NBA, que se harta de tirar hasta que entra alguno espectacular mientras los compañeros observan aburridos; Diego Costa se empeña en chocar con los rivales buscando la falta en vez de jugar al fútbol y se le premia con más partidos cuando a los defensas fallones se les castiga en el banquillo; a los defensas se les exige sincronización de relojería suiza, o serán castigados, pero no se repite una misma alineación defensiva (ni siquiera cuando usaba sólo 13 futbolistas) en las mismas posiciones, no vaya a ser que empiecen a sincronizarse, creando así miedo al error y falta de armonía de movimientos, es decir, una inestabilidad defensiva manifiesta, etc. Miedo al fallo, miedo a la crítica, miedo a arriesgar, mucho miedo. ¿Quién lo genera? ¿Qué hace Quique para transformarlo en confianza, además de acusar a sus miedosos de cometer errores que son horrores, de reprenderlos públicamente y castigarlos sin jugar a la vista de todos, reforzando la espiral del miedo?
Respecto del juego, ya ni hablamos. Su tendencia a los enfoques conservadores, a amarrar el empate y buscar la jugada aislada de algún "fantasista", el Kun, Forlán o Reyes (Nónimo, totalmente de acuerdo), se queda en nada de nada cuando faltan dos de los tres y el tercero está pero no está.
No es que Quique no tenga mimbres ofensivos. Podría formar un rombo muy técnico protegido por Assunçao atrás, por ejemplo, Suárez, Mérida y Alberto Perea, con Reyes y el Kun arriba, y Juanfran y Forlán de recambios, o cualquier variación con esas piezas. Esas y otras soluciones están a su disposición si quisiera tener el balón y costruir al equipo desde la posesión, pero no quiere. Prefiere seguir imitando a la Sampdoria o al Brescia, pero con defensas como flanes y pivotes sin confianza.
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