Páginas

28 de abril de 2011

mourinho, la central lechera y el fútbol.


"Me da asco vivir en este mundo."
Jose Mourinho.



Ya es definitivo que, en Madrid, lo tangencial ha devorado la sustancia. El fútbol es el paisaje que sustenta el discurso de la polémica, el sesgo, la prevaricación arbitral, el amaño deportivo y la sombra constante. Afición, prensa, técnico, club y jugadores coinciden: se pierde por una conspiración, nunca por el fútbol. Un alegato nunca antes oído en la capital, al menos no en ese tono y gravedad.

El fútbol coartada representa el discurso de la pérdida de identidad. No se ve el bosque porque los árboles se han enmarañado de tal manera que el sentido común no es prioritario. Porque, de hecho, no hay bosque. Mourinho es un negociador de marcadores. Un coleccionista, un proveedor de medallas. Ha aportado a la competición española algo que no tenía. Una ambición desconocida, una capacidad insospechada para alcanzar la victoria por todos los métodos posibles, para abrazar registros paralelos, incluso algunos que la esfera futbolística local no era capaz de imaginar. La homilía ha calado en la afición madridista, donde la victoria toma otro carácter, más allá de la propia intencionalidad del deporte. La idea ha entroncado bien en la tradición triunfal del madridismo, al que se le ha ofrecido otra vía para el olimpo y no ha tenido reparos en asimilarla.

Hubo un tiempo en que el Real Madrid no acudía a los hombre de negro para evaluar el éxito. Ni su técnico se erigía en juez de jueces. El Madrid ganaba y perdía con extraordinaria grandeza. No es este tiempo, por supuesto. Pero conviene no olvidar que eso ocurrió y que sigue ocurriendo en otras entidades. Hoy, el Madrid vive un capítulo triste de su historia, y no tiene que ver con la sala de trofeos. Tiene que ver con lo que desprende. El más grande club de fútbol que jamás existió se ha visto devorado por su incapacidad para asumir su situación y su falta de recursos para contestarla. Todo es humo.

La propuesta de análisis de la derrota desde el conjunto blanco no va más allá del prevaricato del colegiado de turno. Liderada por Mourinho, la monserga afila insistentemente que todos los árbitros con los que no se gana están en el ajo. Todos se equivocan y siempre en contra suya -de Mourinho, no del Real Madrid-. Hoy la presa es el Barcelona de Guardiola, pero también lo ha sido el Manchester de Ferguson, el Arsenal de Wenger o el Liverpool de Benítez. En Italia, acusó de amaño a la Roma y desprestigió a entrenadores como Zenga por entrenar en Rumanía, como ha hecho en la Liga con Preciado, Míchel, Guardiola o Pellegrini. Estrategia.

Cualquier ligero repaso a su trayectoria en los banquillos descubre una extraordinaria capacidad de comunicación, manipulación, provocación, tensión y digresión ligadas al éxito. Mourinho, un técnico tan cercano a los nuevos tiempos, hubiera tenido difícil cabida en el fútbol de hace veinte años, donde la repercusión mediática de unas declaraciones era intrascendente.

Un hombre de su profundidad futbolística debería comprender que terminar el partido con menos hombres de los que comenzó es fruto directo de una propuesta de juego centrada en la destrucción y la aniquilación. Y es bien seguro que lo comprende. Le ha ocurrido en distintas ligas, copas y competiciones europeas, con decenas de árbitros distintos, a los que siempre desprestigió. Nunca buscó las causas en un juego arcaico que persigue devorar el fútbol rival difuminando los límites de la legalidad. Su trabajo personal en las ruedas de prensa sigue el mismo patrón: devorar el fútbol, hablar de la periferia.

Pese a unas cualidades técnicas extraordinarias, Mourinho habla poco de fútbol. No tiene demasiado interés en compartir su conocimiento. En público, resopla conspiraciones, tramas ocultas que solo un visionario valeroso es capaz de destapar. Mezcla competiciones, países, rivales e incluso equipos distintos, para centrar la atención en una conspiranoia contra él. En el Bernabeu la adoptan como suya. Las ofensas del pasado a Mourinho son pérdidas de respeto al Real Madrid del presente.

...


Según Mourinho, hay un complot para que el Barcelona gane la Champions. Y la Liga. Y la Copa. Algo de aquello ya sonó con la Selección Española en el último Mundial, y en la prensa patria solo se oyeron carcajadas. Las mismas que ahora se transfiguran en vocerío del amaño de cualquier competición en favor de los guapos, limpios y simpáticos chicos azulgranas, quizá dopados, quizá ayudados. Todo se traslada a la afición, en un eco que estará presente mucho tiempo.

Curiosamente, a Mourinho no le ha ido tan mal en sus eliminatorias contra los catalanes, como parece extraerse de sus lamentos. Negar al Barça le ha traído rédito. Hasta esta semifinal, cosechaba tres victorias -con el Chelsea en 2005, con el Inter en 2009 y con el Madrid hace unos días- por solo una derrota, ante Rijkaard en 2006. Su frustración se ceba más con Guardiola que con el propio Barça. En cuatro duelos esta temporada, el portugués solo ha vencido uno. Pero en la derrota, acostrumba a transformar la plática de la impotencia en la de los favores arbitrales al rival. Ante una nueva derrota, viejo discurso.

El último capítulo de injurias arbitrales a Mourinho -y por ello, al Real Madrid- pasa por la semifinal de Champions League, clásico IV (no III), que acumula una inexplicable expulsión más a la retaíla de injusticias al técnico mejor pagado del mundo. Era cuestión de tiempo que alguno de los clásicos terminara así. Probablemente, el que el Madrid perdiera. No haya respuestas el portugués al sermón lastimero que reproduce la prensa deportiva estatal del día después.

Puestos a no hablar de fútbol, el poker de respuestas al porqué de no terminar el encuentro con todos sus hombres se encuentra en acciones madridistas fuera de la trayectoria natural del partido, todas alejadas del cualquier zona de riesgo, a gran distancia del marco blanco o con el balón fuera del terreno, a cargo de Pepe, Marcelo, Arbeloa y Adebayor. No corresponde decidir el color del cartón, pero todas se encuentran cercanas al límite máximo permitido para continuar disputando un partido.

En la acción para los anuarios de la vejación blanca, Pepe acudió a un balón a ochenta metros de su portería con una plantilla a la altura de la cintura de Alves, absolutamente innecesaria. La expulsión es rigurosa en cualquier lectura posible, camisetas al margen. Rigurosa, nunca descabellada. Al tiempo, Marcelo propinó un indigno pisotón a Pedro que quedó sin sanción, y obligó al extremo a retirarse lesionado. Arbeloa, en idéntica jugada -simular incorporarse sin poder evitar llevar los tacos a la pierna del rival- hizo lo propio con Villa. A Adebayor se le pelaron los cables y percutió con el puño el rostro de Busquets, en una acción solo sancionable con su exclusión del encuentro. Recibió una amonestación. La que no tuvo Lass, tras cometer 7 faltas de todos los colores de la paleta. No escucharan al técnico luso hablando de ello, ya hay toneladas de tierra por encima.

Las cuatro agresiones corresponden a lances menores, inicialmente templados. Todas se traducen en evidentes acciones violentas, y todas son protestadas con visible alboroto del lado madridista. Ese tipo de maniobras aisladas, esparcidas en el tiempo, forman parte de una estrategia global, recurrente en citas en el Bernabeu. No es difícil advertirlo repasando partidos donde el equipo sufrió en su feudo.

Cuando el encuentro y la grada se enfría, Mourinho recurre a las tripas. Ordena una contención, siempre lejana de su área, y el consecuente tumulto para enganchar al público. Suele funcionar. Es una treta similar al escalonamiento con el que los jugadores acuden a protestar una decisión al árbitro: nunca los mismos, nunca el infractor de la acción. Tampoco ocurren con el partido a favor, y jamás con el viento en popa, cuando se afana en llevar los partidos a su fase narcótica. Mourinho de manual. El objetivo es tensar la cuerda arbitral y crispar a los jugadores rivales en el césped, como se hace con los técnicos en las salas de prensa. Forma parte de la concepción maquiavélica que tiene Mourinho del enfrentamiento deportivo. Si la cuerda arbitral se rompe, la réplica mediática está lista.

Porque el portugués sabe muy bien a quien manda a los micros en los post y previas de sus partidos inflados de polémica. Nadie habla sin que él lo ordene. No comparece habitualmente Casillas, capitán y pilar del madridismo, porque no articularía el discurso del técnico y despistaría al vulgo. Sí se oye a menudo a Cristiano, Marcelo, Pepe o Di Maria, guardia pretoriana del técnico. Intuyendo que hacía falta carga emotiva local, Mourinho últimamente ha recurrido a la docilidad de Arbeloa o Ramos en discursos parafraseados a los del entrenador.

Con la derrota en el Bernabeu, Mourinho ha perdido un partido pero ha ganado un slogan: "Por qué yo?". Se arma de recursos de presión para el futuro. Mentará este partido dentro de varios años, cuando un nuevo envite le meta en apuros. El Real Madrid ya será prehistoria, pero la construcción mental de la realidad del portugués es clara: siempre gana y cuando no lo hace, nunca es por propia responsabilidad. Nadie en el club blanco osará analizar el planteamiento timorato, tacaño y vacío del equipo, que apenas tocó el balón tres veces cada minuto: 312. Solo entre Xavi y Busquets sumaron 280, por un total de 825 del conjunto azulgrana. 120 vs 485 en la primera mitad, mucho antes de la expulsión de Pepe.

El humo y la propaganda, desconocidos en el club futbolístico más poderoso de la historia deportiva, se han terminado por imponer. En el Bernabeu no se habla de fútbol. Ya no se menta a Di Stefano, Puskas, Butragueño, Zidane o Raúl. La grada regurgita ahora alineaciones extrañas: Frisk, Ovrebo, Busacca, De Bleeckere... personajes algunos, que ni siquiera tienen capítulos en la historia merengue. El escándalo Ovrebo, tan cacareado en la capital estos tiempos, no manchó ni a Mourinho ni al Madrid.

La actitud de la prensa deportiva estatal es tan previsible como gregaria, lamentable para la profesión. Alimentan a la gallina, recolectan oro y algún día se encontraran más lejos del deporte de lo que creen. Las portadas calcadas del día después son un retrato de los tiempos modernos, encumbrando al agraviado líder del pueblo en su lucha contra los molinos. Con decenas de fotógrafos en el campo, idéntica foto de agencia, idéntico mensaje. En bloque contra la injusticia deportiva. La reverencial adulación del paladín blanco terminará por agotarse. Las fórmulas vacías sirven durante un tiempo, después se hacen insoportables.

...


Fuera de la gresca, Balón de Oro madridista, hubo un encuentro de fútbol. Y ahí no hubo propuesta futbolística más allá del Barcelona. El Madrid no ofreció nada, ni con once ni con diez. La excusa de la incapacidad ya es dogma, y ante los azulgrana solo se puede jugar con un central de interior y sin delanteros. Su libreto tiró de vocablos impropios: incomodar, asfixiar, irritar, cansar, estorbar y aburrir.

Más allá de recoger el balón de los azulgranas con todas las artes posibles, el Real Madrid no tuvo ninguna intención con el cuero. La pelota terminó decidiendo la riña hacia quien mejor la trató. Con más juego que remate, en un rondo eterno, Xavi la acarició durante toda la noche. Messi la llevó hasta los límites de la imaginación. Por eso ganó el Barcelona. Porque, aún en la propuesta de supervivencia que fue el encuentro, encontraron hueco para el fútbol.

La patente azulgrana no es la única vía para la victoria. Hay muchas otras, bien conocidas. Los atajos de Mourinho le han convertido en un abastecedor de resultados. Pero los riesgos son mayores. Jugando al límite, a menudo no distingues cuando lo has sobrepasado. Y acudir a lo extradeportivo para justificar tu ineficacia no es digno. A Mourinho le importa poco, construye su dignidad a través del hedonismo y las victorias. Pero al Madrid, con una trayectoria centenaria, debería importarle. Un día, Mourinho no estará, pero su legado, en todos los sentidos, se va a quedar algún tiempo.

Desde fuera, el Real Madrid actual es un club insufrible, lastimero. Cuesta tenerle aprecio. Contrario a su historia, no aparenta buscar afiliados fuera de sus murallas. Como equipo, solo en ocasiones tiene interés más allá del fervor merengue. Su fútbol reluce en los videoresúmenes, pero fatiga en los desarrollos lentos. Para el seguidor ajeno al accionariado madridista, el equipo pierde toda capacidad de seducción. Es un fútbol solo apto para devotos.

En este finalfour entre blancos y azulgranas, escasea el aficionado neutral que sienta simpatía por una victoria blanca. Algo impensable en otras épocas. Debería ser una señal de alarma. El Real Madrid necesita un reflexión global acerca de su posición actual en el mundo del fútbol, a nivel institucional, emocional y deportivo. El club que más hizo por este deporte está actualmente fuera de órbita, devorado por fantasmas que sólo ellos son capaces de ver.


20 comentarios:

Leiva dijo...

Perfecta definición del partido, de Mou y de la situación en la que ha metido al Real Madrid, gracias Humanisto.

Aquí se juntan dos buenas piezas, Mou y Flo, este último acostumbrado también a los chanchullos, chantajes y presiones. Lo lleva en el oficio.

En defensa de los madridistas tengo que decir, que algunos están avergonzados, hay mucho cebollo, pero es difícil defender que salieron a encerrarse en su campo, jugando en casa, buscando el empate a cero.
Eso si, en la prensa madrileña, como ya hemos comentado, partidazo, equipazo, robo y Pepe es el nuevo Maradona.

Gracias por tu objetividad.

Raifol dijo...

http://youtu.be/G2oRXFRl6QE

Es que ya van unas cuantas en momentos clave: Chelsea, Inter, Arsenal y ahora Madrid. Y lo pero es que nadie criticó ni crítica el teatro de Busquets, Alves o Pedro

JPRA dijo...

Plas, plas, plas... y me duelen las manos de aplaudir "humanisto". Lo ha clavo usted, señor. Llevo diciendo lo mismo (ya me gustaría) desde hace tiempo a mis amigos madridistas: la pena es que con el equipazo que tenéis juguéis tan poco al fútbol. Gracias mil.

JPRA dijo...

Vale "Raifol", te acepto amarilla como mal menor. ¿Y? ¿jugó en Madrid para ganar o para no perder? ¿Se puede pretender ganar en casa una semifinal, con el delantero titular y el suplente en el banco y sin tener la pelota? En fin, y con todos mis respetos, veo que el "virus" se extiende con rapidez y en profundidad. Saludos.

elhumanisto dijo...

@Raifol. Como intuyo que eres mourinhista y no madridista, te dejo la expulsión de Andrade ante el Oporto de Mourinho en las semis de Champions del 2004, en la que salió campeón de una competición que nadie duda que fue "blanca y limpia".

Seguro que oíste muy poco hablar de ella. El triste Irureta no tiene volumen.

http://www.youtube.com/watch?v=HIiYofAAQTc

Marqués de Pich dijo...

Humanisto, muy bueno.
Ya sabes (y supongo que sabrás quién soy) que peco de no ser un madridista al uso. Más bien, soy un madridista, paradójicamente, muy poco madridista (por el patrón) y muy madridista (en el corazón). Muchas veces pienso que me confundí de equipo, pero en una película argentina (que de otra cosa no lo sé, pero en fútbol escribieron la biblia) escuche una de las frases más grandes que recuerdo: Un hombre puede cambiar cualquier cosa. Su cara, su casa, su familia, su novia, su religión, su Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar. Él no puede cambiar su pasión…
Puesto blanco sobre blanco (central lechera), quiero dejar claro que parto de la opinión de que lo peor que le ha pasado al Madrid en sus 109 años de historia tiene nombre de cómico y apellido puramente español. Un señor ególatra hasta la médula o´seah y cuya única aspiración es que un día su nombre se escriba con letras de oro y diamantes sobre el lomo del estadio (aspiración muy catetoloperista, por cierto). No niego que algún día lo consiga, lo que miedo me da es que las letras, maleadas y cinceladas tan grandes y preciosas, puedan con la estructura del estadio y, éste, se derrumbe hasta sus cimientos.
En su empeño, ha escrito las hojas más tristes de la leyenda de un equipo cuyas señas de identidad de antaño parecen hacer referencia a un buen puro: señorío, solera y clase. Hasta con Ramón Mendoza y Lorenzo “Fat Tony” Sanz el equipo salvaguardaba esa imagen (a cambio, el Madrid era un club de chorizos y facinerosos). Podrás pensar que el constructor no ha sido lo peor que le ha pasado a este club, que peor fue el Calderón (que no Vicente, oiga). Pues no, hasta ése es consecuencia del amigo del Rey, ya que antes de ser presidente del Madrid, Calderón fue miembro (destacado) de la Junta del innombrable.
No entraré en qué ha hecho mal y que no ha hecho bien (no tengo ni tiempo, ni ganas, ni probablemente todos los argumentos), así que entraré, espero que poco, en el tema del partido:
1. Mourinho es el responsable del juego del Madrid: en este caso, del no juego del Madrid (y no sólo ayer, sino durante toda la temporada). Creo que todo lo que opino de Mou ya lo has dicho, pero me gustaría incidir en algo que me revuelve las tripas: tras el partido, Mourinho dijo que había planteado el partido para el 0-0. Me niego que el Madrid pueda plantear un partido de ida de las semifinales de la Copa de Europa en casa a empatar a 0. El mero hecho de reconocerlo, debería ser causa justificable de despido.
2. La roja a Pepe es discutible. Es indiscutible que durante los últimos años ha habido un debate acerca de los favores arbitrales al Barça (como en su día lo había hacia el Madrid), pero, pensémoslo de esta forma:
a. Los árbitros son humanos y se equivocan (espero que esta premisa la tengamos todos clara).
b. El Barça es un equipo que tiene el 80% de la posesión del balón al que el resto de escuadras (con honrosas excepciones) tratan de pararlo por lo civil o por lo criminal.
Por tanto: ¿No es lógico que el árbitro cometa más errores a su favor que en contra? ¿Puede un árbitro pitar un penalti contra el Barça si el otro equipo no ha pisado el área contraria? si un equipo comete 30 faltas –la mayoría rozando la finísima línea que separa lo civil de lo criminal- ¿lo normal no es que en alguna el juez pueda considerar de roja una entrada de tarjeta naranja? Senso, señores, senso

elhumanisto dijo...

Por carisma, habilidad lenguaraz y perspectiva balompédica, ojalá te vea aparecer más por aquí, señor Marqués. Un placer.


Solo te diré una cosa más:              .

Alvaro dijo...

te voy a contestar a este post aún caliente con el partido de ayer y por el ya tradicional debate que mantenemos. se calificará mi opinión como esa parte de la afición madridista obcecada con mourinho y alienadas con sus ideas. perfecto: )

1- el fútbol no tiene un solo camino, al igual que el baloncesto. en el baloncesto no se juegan todos los partidos a 100 puntos, las finales generalmente se jugan a 60 puntos y las defensas priman. por qué hago este símil? porque en un partido de copa de europa, donde juegas la ida en casa, PRIMA mantener tu puerta a 0. es igual el empate o el 1-0 ( mejor claro ), lo que es fundamental es que no te marquen. Eso te da unas opciones enormes para jugar la vuelta con garantías, y más con las opciones que tiene el madrid para jugar a la contra.

2- el planteamiento de mourinho estaba claro, le salió bien en copa y apostó por él. todo marchaba perfectamente hasta el minuto 60. el barsa 2 tiros a puerta por 1 del madrid. ningún peligro en principio y todo encaminado para los cambios con la mayor profundidad de banquillo blanca.

3- Pepe está loco. En eso estamos todos de acuerdo, pero un balón dividido en que claramente da balón, donde el contacto con Alves "croquetas" es discutible, un árbitro designado por las quejas del barsa con el que al parecer iba a ser, fan de Messi declarado y peor árbitro de la bundesliga, no duda un segundo en aplicar la máxima sanción.

Messi pasa de desaparecido en el partido a bigoleador, claro sin Pepe en el partido que sin una sola falta le había secado.

No se puede jugar a defender en el fútbol??? solo vale el tedioso tikitaka para ganar a esto o qué??

4- Los que hablan ya de oidas sobre las siempre manoseadas faltas del madrid igual se sorprenden al saber que el barsa impoluto ayer hizo 5 faltas más que el madrid. coño pero si estos juegan al ataque!! hacen faltas tambien???

5- por último, en este país de pandereta, donde a un tramposo se le llama pillo y a un estafador se le llama hábil, no sorprende ver que un club repleto de chiquilicuatres teatreros que se dedican desde hace 3 años a fingir agresiones sea alabado. Pedrito, Busquets, Villa, Iniesta, Messi, Alves.. son todos grandes jugadores con el balón, pero son calaña deportiva con una moral nula y un fair play que roza el absurdo.

un bloqueo de arbeloa se transforma en una petición de agresión en la cara.

6- Guardiola, "nandrolona man" alias el "puto amo del teatro" lo tiene todo tan preparado que me hace gracia tu comentario sobre como presiona el madrid al árbitro. cualquier falta blanca fue presionada por el equipo entero culé al completo. no contentos con eso, al descanso y ante siguiendo instrucciones de vestuario claramente, primero keita se encara con arbeloa por una "agresión" que solo los culés habían visto, pero luego además aparece un chimpancé con trenzas para agarrar a arbeloa por el cuello, con el único fin de provocarle y forzar su expulsión.


El barsa 11 contra 11 ha sido incapaz en esta "final 4" de imponerse al madrid. es así de simple y me da igual si mourinho luego habla más o menos. lo que no trago es que me quieran vender una moto de tikitaka vs ostias, porque aquí las ostias las dan todos solo que a unos les expulsan y a otros no.

Busquets en copa no hizo menos que ayer Pepe en champions, pero ahí tenéis el doble rasero con el que se mide todo ultimamente.

saludos tio!!

Nónimo dijo...

Humanisto, un señor artículo, el mejor que te he leído (que ya es decir). Poco que aportar. Creo que el problema no es Mourinho. Él, entrenador magistral (lo ha demostrado sobradamente), es sucesor de Maquiavelo fuera de los terrenos de juego: todo vale, el fin justifica los medios siempre. Me parece una estrategia poco responsable y que raya lo deleznable, pero el fútbol no deja de ser espectáculo (al menos no debería), y, en su definición, este tipo de comportamientos son permitidos. Si la prensa de este país, a parte de representar intereses económicos, tuvieran una linea roja que no pudieran cruzar (linea que queda más que clara en libros de estilo, facultades, codigos deontológicos, etc. y que todo periodista conoce y en teoría respeta), Mourinho no se movería como pez en el agua. Sería un loco, alguien que dice cosas con poco sentido, un (fingido) paranoico. Pero esto no pasa. Los periódicos y otros medios de comunicación de audiencia masiva creen que cruzando la línea roja van a tener una audiencia más masiva, y participan del juego. Reflejan, subrayan y amplían las sandeces de Mourinho. Alfredo Relaño & Co. no son tontos. Son gente con estudios, con (se les supone) razonamiento crítico. Saben que el Villarato, el Dopaje (y otras absurdeces sin pruebas) no son veraces (principio de información). Les da absolutamente lo mismo, porque se han vendido al máximo beneficio, que es lo que rige todo.

La responsabilidad social que tienen los medios de comunicación es imprescindible. A fuerza de repetir tantas mentiras, acaban convirtiéndose en verdad. Como ya se sabe, hoy día la censura no se hace por defecto, sino por exceso. Enterrar la verdad en montañas de páginas y páginas de mentira. Y el aficionado medio, español medio, europeo medio, con una capacidad de razonamiento crítico próxima a cero, confía en los medios. Cree sus "informaciones", pues ¿por qué iban a engañarnos? ¡son periodistas! ¡Y encima nos dicen lo que queremos oír!. Así se orquesta una rueda que gira sin parar: Mourinho suelta sus mandamientos, la prensa los aplaude, el pueblo los recoge, la estupidez y el odio se impone (contra los catalanes, que claro está, TODOS somos del Barça, TODOS somos independentistas, merecemos asco y repulsión).

¿Y el fútbol? Aquello que solía ser un deporte ya no lo es. No se discute sobre tácticas, jugadas o las nuevas perlas que van saliendo. Sólo hay carnaza, una masa informe de basura que lo llena y entierra todo. Y la principal culpa es de los medios de comunicación. Nos merecemos otra cosa.
Si yo fuera aficionado al Real Madrid sentiría vergüenza ajena del juego de mi equipo ayer. Un club que se presupone "el mejor del mundo", con jugadores impresionantes (ver a Özil en ese equipo es para llorar), que podrían jugar un fútbol espectacular, igual o mejor que el Barça en sus mejores noches, se limita a defender el resultado en su propio estadio, con una agresividad desmedida. Eso es lo que me preocuparía si fuera aficionado. No es casualidad que prácticamente ningún aficionado neutral apoyara al Madrid ayer.

Maca dijo...

Sr. elhumanisto, buena crónica aunque un poco extensa para mi gusto, cuajada de prosa "guardiolesca" para venir a contar y descubrir al ínclito portugués que lleva aquí, en nuestro país, menos de un año, pero parecen dos vidas enteras. Quiero decir que este tipo está, desde navidades, más visto que su manera de hacer jugar a sus equipos, está pasado de moda antes de que empiecen los desfiles, y si le mantienen ahí es porque, como dijo Valdano, "lo trajimos para ganar títulos no para hacer amigos"... Es lógico que un atlético de pro como yo se niegue a comentar cartulinitas naranjitas o rojas producidas en un partido de los dos equipòs mayores expoliadores de la Historia balompédica, dos gigantes que tienen en sus museos más oropeles estafados que el Museo del Louvre... Y poco más que añadir, tan solo recomendar al administrador de este magnífico blog que cuide sus próximas entradas y que haga más honor en ellas al título que ostenta el mismo, pues veo que se comienzan a introducir hasta insultos en los comentarios. Un abrazo.

Leiva dijo...

Me parece fenomenal que todo el mundo exponga su punto de vista, es la forma en que todos entendamos por qué otros piensan distinto a uno mismo.

Yo entiendo perfectamente que la defensa también es un método de afrontar los partidos y de conseguir la victoria. Lo que me es muy difícil de asumir es que lo haga el Real Madrid, es reconocer de forma fehaciente que el Barça es superior. Me parece un método, con todos mis respetos, más adecuado para el Numancia por ejemplo.

Sé lo que es ser del Real Madrid y lo que eso significa para ellos, mi padre es del Real Madrid, y me expresa a diario su perplejidad y su vergüenza. En su forma de ver la vida no entra dejar la hierba alta y seca, encerrarse en su campo, ganar de cualquier forma. Se de lo que hablo, llevo sufriendo su desdén, su mirada por encima del hombro toda mi vida.

Si hay que ganar títulos al precio que sea, puede que ese sea el camino. La copa del rey ha sido un trofeo menor, despreciado por el Real Madrid durante mucho tiempo, ahora es un reto, un gran triunfo. La bajada de nivel ha sido palpable.

Hablando de otras cosas, la simulación debería ser erradicada de los campos, sin duda, pero yo empezaría por los que pegan, pisan, dan codazos, manotazos. En eso Pepe tiene el repertorio completo. Ha merecido su expulsión en los tres partidos. Es la pieza clave del proyecto Mou. ¿Este es el Real Madrid? Con marcaje individual, por todo el campo como los equipos pequeños.

Como madrileño me avergüenza ser representado por un planteamiento tan mezquino. Ya sé que pasados los años solo quedan los títulos, que nadie se acuerda como se consiguieron. No es mi estilo.

Además el Real Madrid tiene equipo para jugar y ganar. Una pena.

Marqués de Pich dijo...

¿Tanto nos cuesta decir: enhorabuena? Un amigo que tenía por forofo del Barça, nada más finalizar la Copa del Rey, me mandó un mensaje que decía: Enhorabuena. Me dejó boquiabierto, a pesar del planteamiento rácano del Madrid, me felicitó. No puso excusas, ni se escudó en parapetos de qué juego más amarrategui o cosas así.
¿Qué pasa?, ¿qué no podemos reconocer que el Barça juega mejor al fútbol? ¿No podemos, por muy madridistas que seamos, reconocer que al fútbol le viene mejor que gane Guardiola y no Mourinho? (OJO, creo que incluso al Madrid le viene mejor en términos generales: a largo plazo y en pos de nuestro estilo, lo peor que le puede pasar al Real es que el modelo Mou –ese de jugar a defender, igual que en Basquet-, triunfe)
¿QUÉ NO DESEARÍAMOS QUE LA COSA FUERA AL REVÉS? Pues yo lo reconozco, en serio, ojalá el Madrid jugase como lo hace el Barça y el que diga lo contrario, el que diga que le gusta cómo plantea los partidos Mou, perdonad que sea así, pero creo que no tiene ni idea de fútbol.

Marqués de Pich dijo...

Es más, creo que el 0-2 puede ser un buen argumento para ver un Madrid distinto, un Madrid al ataque, diferente, con un planteamiento atrevido y arriesgado. Me gustaría, incluso si pierde 4-3 o 4-2, estaría más contento. Lo único es que me huelo que Mourinho es tan jodidamente orgulloso que es capaz de sacar un equipo plagado de suplentes para demostrar que no hay nada que hacer y que la eliminatoria se la cargó el árbitro. En fin…

elhumanisto dijo...

"Sometimes I am disgusted to live in this world", he said, sounding like Shostakovich trying to write symphonies in Stalin's Russia.

alvaro dijo...

yo como madridista obviamente quiero que mi madrid juegue bien, pero prefiero 100 veces pasar a la final de champions que jugar de lujo y palmar 2-3 contra el barsa.

creo que mourinho es capaz de preparar un partido para pasar la eliminatoria, y lo hemos visto tanto en liga como en copa.

a ver si como dice Marqués tenemos un planteamiento ofensivo en la vuelta y vemos un buen partido.

elhumanisto dijo...

@alvaro. El debate Bilardo-Menotti hace tiempo que lo reventó Guardiola. Si el Madrid juega bien, sus opciones de ganar se multiplican. Como no va a ganar nunca es con un 28% de posesión.

Bienvenidos tantos madridistas contenidos en un día dificil. De verdad.
Día de cambios: hoy el blog da la bienvenida al twitter. Veremos si no la lio...

Unknown dijo...

"Desde fuera, el Real Madrid actual es un club insufrible, lastimero. Cuesta tenerle aprecio. Contrario a su historia, no aparenta buscar afiliados fuera de sus murallas."

Me pasé media vida envidiando la exigencia por el buen fútbol del Bernabeu comparada con lo poco con lo que se conformaba mi Calderón. Miraba a la Quinta del Buitre y envidiaba también la política de cantera.

Ya no queda nada de aquello. El viejo Real Madrid envidiable está arrasado, transmutado en el viejo Barsa de Núñez y viceversa.

El miércoles vi la seminifinal de la Champions en directo. En los aledaños del estadio antes del partido se agolpaba una turba peleando por sacarse una foto... con Tomás Roncero. Todo un síntoma de lo que me esperaba dentro.

Durante el partido, ese mismo estadio que hace no tanto había ovacionado a Ronaldinho, sólo tenía insultos contra Messi, Xavi o el azulgrana que cogiese el balón. Por sorprendente que pueda parecer, apenas hubo cánticos de ánimo hacia el equipo local. Todo eran canciones ofensivas hacia el Barcelona, sus seguidores, Cataluña y la madre de lo que se moviera, silbidos, abucheos y presión al árbitro. Parece que sólo queda San Mamés para oír un aplauso a un rival que lo merezca, o quizá ya ni eso quede.

El mismo estadio que echó por aclamación a Toshack por jugar feo pese a ir lideres destacados, jaleaba el miércoles ruidosamente a su equipo cuando conseguía una falta lateral, un córner, una fuera de banda. El Real Madrid daba por fin tres pases seguidos y el estadio ovacionaba. Estoy siendo literal. Tres pases, breve ovación. Incuso se aplaudió una cesión a Casillas. La autoestima del Bernabeu debe de andar por los suelos para haber caído tan bajo y andar tan mourinhizada. Para frotarse los ojos.

Los madridistas discrepantes, Marqués de Pich, sois muchos y vuestra actitud os honra, pero todavía no hacéis el suficiente ruido. Hoy dice Diego Torres en El País que ya se oyen voces discrepantes en el vestuario. Esperemos que sea sólo cuestión de tiempo, de poco tiempo. La presencia de Mou en nuestra liga no es buena para nadie, salvo para algunos medios de comunicación, claro.

Mourinho contamina todo lo que toca con la inestimable colaboración de la Central Lechera y los programas de telebasura futbolística y radiofónica, que lo amplifican hasta la náusea. Era lo que le faltaba a este país, que ya tenía bilis más que de sobra en la telebasura rosa y en la política. Éramos pocos y tuvo Florentino que traer al Emponzoñator number one.

Enhorabuena, Humanisto, como siempre.

JPRA dijo...

Muy ilustrativo lo que comentas del "directo, directísimo" "Luisrod". Gracias por compartirlo.

Anónimo dijo...

alvaro el barça en esta final4, en el primero marco 11 contra 11 en un penalti claro y empato gracias a un penalti inventado por el piscinazo de marcelo. jajaja pero eso no se recuerda verdad, toneladas de tierra encima y a otra cosa

Anónimo dijo...

solo una correccion: el club mas grande no es el madrid ni de lejos: es el Barça.
El Barça es el club con más secciones profesionales, y todas ellas campeonas de TODO, sumandole el sinfín de secciones no profesionales que tiene, tambien repletas de títulos. El madrid no puede ni soñar con tener ni la mitad de titulos que el Barça. Y solo en futbol, el Barça ya tiene más. Las francopas no cuentan. Rivales elegidos y no campeones, eso no son copas de europa.
El Barça es el club que, ademas de mas secciones, todas campeonas, tiene mas socios del mundo. El unico que ha logrado que la final de la champions league supere en audiencia planetaria a la final de la superbowl.

Porque un par de periodicuchos forofos de madrid les guste creerse algo de su equipo, no significa que esto sea verdad.
Los mas grandes son Barça, Milan, Ajax, Bayern M, Juventus, Liverpool, Manchester United, y otros mas, todos ellos superiores al madrid, que solo tiene dos copas de europa ganadas de verdad -la de mijatovic es en fuera de juego y no cuenta en realidad-. Ademas de que 19 de sus ligas fueron logradas gracias a los amaños franquistas.

El madrid era un club del monton hasta que franco lo adopto e hizo de el un vehiculo de propaganda fascista. Y lo sigue siendo. El unico club del mundo donde se permite como si nada la entrada de propaganda nazi. Solo ahi pueden verse banderas franquistas y esvasticas de hitler.

Publicar un comentario