"Queremos hacer un juego vistoso para que nuestra afición pueda disfrutar." Manzano.
A una liga que empieza en la 2ª jornada a las 12 de la mañana se le puede pedir cualquier cosa. Como que el Atlético tuviera un plan para colocar a la pelota por encima de todo lo demás. Ante Osasuna, hizo todos los deberes del buen gusto balompédico, todo lo que se exige a un despliegue generoso con el fútbol más placentero. Ni un pelotazo, ni una patada mal dada, ni un gesto de la caverna. Bien vestido y con garbo, desplegó sobre el tapete del Calderón una propuesta desconocida, sin atajos, a la que solo le faltó el gol.
Pero a pesar de no llegar a destino, el conjunto rojiblanco disfrutó del camino. En una primera mitad reveladora, por su simpleza, Manzano rescató conceptos de la balda alta de la estantería. Posesión, paciencia, elaboración, pase, apoyo, zona, juego coral, confianza. La entelequia, al parecer, pasaba por no zumbar el cuero, sino dirigirlo al compañero más cercano. La solución no estaba en correr despavorido, sino en respirar y dejar rodar el esférico. Como en una epifanía redentora, las cabezas se han despejado. Perea personificaba mejor que nadie esa transmutación: 44 entregas, 43 aciertos. Lloren.
La sesión matinée dejó con hambre al Calderón, que se marchó sin goles, pero mostró que la caldera de Manzano cuece a fuego lento. A falta de ingredientes claves, de momento huele mejor que sabe. Pero es que el plan incluía a Falcao. 97 días después de que Agüero anunciara su marcha, el Atlético no tenía listo a su sustituto, el fichaje más caro de toda su historia. El transfer del colombiano, el documento que autoriza un pase internacional a un futbolista, la licencia que acredita el traspaso, la transacción de facto, en definitiva, no estaba completada.
Así que Manzano tiró de su cuadrilla veraniega en el inicio liguero. En el arco, el juego de pies de Courtois le ha hecho ganar la partida a Joel, y el equipo lo agradece. La fe en la pelota es inmensa. El equipo transpira, se relaja, disfruta. Si la jugada no sale, balón hacia atrás y vuelta a empezar. En ese cuadro ha crecido Mario Suárez, con un cuadernillo de soluciones para cada aprieto inesperado. Aún así, el canterano hace aguas cuando debe pivotar el trabajo defensivo. Su agilidad en la salida se difumina por su dificultad para contener su zona. Acude a terrenos que no le incumben, pierde la posición y aún se le escapan algunos secretos del equilibro defensivo. De su estabilidad, como la de Busquets en el Barça, depende la armonía del equipo.
El balón trotaba por el pasto y superó sin problemas la primera línea de presión rojilla, pero se enfangó en la zona de definición. Tiago no llegaba, Reyes no compareció en todo el primer acto y la pareja de ataque tenía la mirilla desviada. Un gran giro de Adrián, que tiró una asistencia de tacón, terminó con el balón en poder de Salvio, que lo estrelló en la pierna de Riesgo, lesionado poco después. De nuevo el argentino, que aumentó su actividad antes del descanso, lanzaría un latigazo lejano que escupió el poste visitante. Pero sin gol, todo vale menos.
Para la segunda mitad, un Osasuna más incisivo precipitó el toque de corneta mucho antes del final del encuentro. Con los dos conjuntos desbocados hacia el gol, Silvio creció, Filipe mandó señales preocupantes y sobre todo, Gabi mandó en el manejo de pizarra. Al mediocentro no le acompaña una pericia especial ni una gran capacidad muscular, pero es un superdotado para entender los conceptos tácticos. Domina como nadie los espacios para apretar, pasar o llegar. Su fútbol no tiene mecanismos complejos, pero su sencillez es casi infalible. Encontró a Silvio media docena de veces en una jugada que avanza llevar la marca de la casa y teletransportó la pelota en dos contragolpes que malgastaron Adrián y Reyes, éste último tras un gran latigazo a la madera.
Con los depósitos vacíos, el partido se volvió más plano, a pesar de la aparición de Reyes y el debut de Arda Turan. El turco, que tomó el vértice del rombo, se limitó a asegurar el pase y asumir poco riesgo. Con confianza, Suárez se descolgó y acarició una rosca deliciosa que Fernández convirtió en su primera foto para póster. El acelerón final pudo dar el tanto a Osasuna, en un remate de Nino que frotó el palo tras un desaire de Lamah sobre Filipe. Ya sobre la bocina, Adrián recogió un pin-ball y remató sobre el cuerpo de Fernández. No hubo manera. Aunque si falta gol y falta Falcao, la ecuación sale. Pero no se relajen. Si no, esto no sería el Atleti.
Pero a pesar de no llegar a destino, el conjunto rojiblanco disfrutó del camino. En una primera mitad reveladora, por su simpleza, Manzano rescató conceptos de la balda alta de la estantería. Posesión, paciencia, elaboración, pase, apoyo, zona, juego coral, confianza. La entelequia, al parecer, pasaba por no zumbar el cuero, sino dirigirlo al compañero más cercano. La solución no estaba en correr despavorido, sino en respirar y dejar rodar el esférico. Como en una epifanía redentora, las cabezas se han despejado. Perea personificaba mejor que nadie esa transmutación: 44 entregas, 43 aciertos. Lloren.
La sesión matinée dejó con hambre al Calderón, que se marchó sin goles, pero mostró que la caldera de Manzano cuece a fuego lento. A falta de ingredientes claves, de momento huele mejor que sabe. Pero es que el plan incluía a Falcao. 97 días después de que Agüero anunciara su marcha, el Atlético no tenía listo a su sustituto, el fichaje más caro de toda su historia. El transfer del colombiano, el documento que autoriza un pase internacional a un futbolista, la licencia que acredita el traspaso, la transacción de facto, en definitiva, no estaba completada.
Así que Manzano tiró de su cuadrilla veraniega en el inicio liguero. En el arco, el juego de pies de Courtois le ha hecho ganar la partida a Joel, y el equipo lo agradece. La fe en la pelota es inmensa. El equipo transpira, se relaja, disfruta. Si la jugada no sale, balón hacia atrás y vuelta a empezar. En ese cuadro ha crecido Mario Suárez, con un cuadernillo de soluciones para cada aprieto inesperado. Aún así, el canterano hace aguas cuando debe pivotar el trabajo defensivo. Su agilidad en la salida se difumina por su dificultad para contener su zona. Acude a terrenos que no le incumben, pierde la posición y aún se le escapan algunos secretos del equilibro defensivo. De su estabilidad, como la de Busquets en el Barça, depende la armonía del equipo.
El balón trotaba por el pasto y superó sin problemas la primera línea de presión rojilla, pero se enfangó en la zona de definición. Tiago no llegaba, Reyes no compareció en todo el primer acto y la pareja de ataque tenía la mirilla desviada. Un gran giro de Adrián, que tiró una asistencia de tacón, terminó con el balón en poder de Salvio, que lo estrelló en la pierna de Riesgo, lesionado poco después. De nuevo el argentino, que aumentó su actividad antes del descanso, lanzaría un latigazo lejano que escupió el poste visitante. Pero sin gol, todo vale menos.
Para la segunda mitad, un Osasuna más incisivo precipitó el toque de corneta mucho antes del final del encuentro. Con los dos conjuntos desbocados hacia el gol, Silvio creció, Filipe mandó señales preocupantes y sobre todo, Gabi mandó en el manejo de pizarra. Al mediocentro no le acompaña una pericia especial ni una gran capacidad muscular, pero es un superdotado para entender los conceptos tácticos. Domina como nadie los espacios para apretar, pasar o llegar. Su fútbol no tiene mecanismos complejos, pero su sencillez es casi infalible. Encontró a Silvio media docena de veces en una jugada que avanza llevar la marca de la casa y teletransportó la pelota en dos contragolpes que malgastaron Adrián y Reyes, éste último tras un gran latigazo a la madera.
Con los depósitos vacíos, el partido se volvió más plano, a pesar de la aparición de Reyes y el debut de Arda Turan. El turco, que tomó el vértice del rombo, se limitó a asegurar el pase y asumir poco riesgo. Con confianza, Suárez se descolgó y acarició una rosca deliciosa que Fernández convirtió en su primera foto para póster. El acelerón final pudo dar el tanto a Osasuna, en un remate de Nino que frotó el palo tras un desaire de Lamah sobre Filipe. Ya sobre la bocina, Adrián recogió un pin-ball y remató sobre el cuerpo de Fernández. No hubo manera. Aunque si falta gol y falta Falcao, la ecuación sale. Pero no se relajen. Si no, esto no sería el Atleti.
9 comentarios:
plas plas plas
nada que decir humanisto perfecto analisis como siempre, solo apunto que salvio no le mete un gol al arcoiris este chico tiene un problema pero por lo demas va mejorando pero aun le queda.
que rabia el gol que no ha llegado, a mi me ha dejado con muchisimo hambre y para colmo la proxima semana selecciones
Toca esperar
Excelente análisis. Cuál cree que puede ser el papel de Koke en este equipo? Era de mis preferidos al final de la temporada pasada: calidad, primer toque.
Por cierto, echo de menos sus podios con los 3 mejores jugadores de cada partido.
Danielu
@Danielu. Con la salida de Elías, Koke es la primera opción como recambio a los interiores del rombo. Si llega Diego, habrá cuatro para dos puestos, pero la temporada es larga. Si se mantiene este esquema tendrá muchos minutos.
El podio me parecía pelín injusto y a veces tenía la sensación de que no conseguía que se ajustara a la realidad. La puntuación 0-10 a todo el equipo es más fiel, aunque da curro. Seguiré con los MVP mensuales, of course.
Hola, Humanisto... decirte que te sigo hace mucho tiempo y hoy, la verdad que en un impulso por la salida de Forlán, he empezado un viejo proyecto... Ya te pondré en URL y tal cuando tenga tiempo de maquearlo un poco.
Si gustas de echarle un vistazo te lo dejo por aquí: http://elsentidotragicodelaliga.blogspot.com/2011/08/hey-thats-not-way-to-say-goodbye.html
Un saludo
Humanisto, tu que tienes tan buena prosa como conocimiento de este gallinero, me gustaría hacerte una consulta abierta a todo el que pueda aportar algo de luz. Ayer en la despedida de Forlán, se hicieron resúmenes de su trayectoria en diversos medios, volví a ver aquello de "no pasarle el balón a la rubia", es un tema que tenía olvidado y que refresqué ayer. Casi todas las notas se remontaban al primer año de Abel y esa increíble remontada donde Forlán metió todo lo que le llegaba. Por lo visto, Abel pedía que todos los balones fueran a Forlán y eso no gustó a la plantilla, tanto protagonismo del uruguayo. Al año siguiente se confabularon contra el entrenador y empezaron a perder partidos hasta que le echaron. Todo esto según Abel.
Si todo esto es cierto, supongo la bola seguiría creciendo hasta el enfrentamiento total.
Ahora que Forlán se ha ido como un caballero, habiéndome pronunciado yo en el sentido de que las penas con pan son menos y 5 kilos anuales alivian muchos desaires, habiendo habido muchos comentarios sobre su desapego con la afición, en este punto y para poner a cada uno en su sitio me pregunto: ¿la mala situación de Forlán en el último año no habrá sido generada por una pataleta de niñatos envidiosos? Pongo el foco en Reyes principalmente.
¿Alguien conoce los motivos del desencuentro entre Forlán y Quique? ¿Podría ser que Quique no quisiera poner freno a este ostracismo?
En definitiva mucho ego para tan poco cerebro. Lo sorprendente de todo esto es que no se haya puesto fin a una situación como esta, y que este increíble gestor que tenemos GilMa y todos sus adláteres hayan dejado depreciarse un valor, que un año antes valía un buen dinero y que ayer regalaron.
Perdón por el asalto y gracias.
@Leiva. Lo de Forlán lo hemos analizado otras veces. Es un futbolista con algunas peculiaridades que le llevan de un extremo al otro del rendimiento: sobreexigencia, jugar siempre aún con cansancio o lesiones y tema coco.
Siempre he tenido la impresión de que Forlán es un futbolista excesivamente sensible a su círculo de influencia. Quizá por eso arme esa coraza. La confianza le refuerza una barbaridad y las dudas le machacan. Digo esto porque creo que Forlán, en el último año y medio, se ha sentido ofendido por los agravios del Calderón. Desde Febrero-Marzo 2010 hubo enormes dudas con él, y se ofendió mucho. Le salió aquel gesto con la grada. Fue fundamental en la Europa League de Abril a Mayo (anotó los 4 últimos tantos) y en los partidos de aquel final de Liga, lamentable todo el equipo, le silbaban a él.
Recuerda que el año de Abel y los 32 goles de Forlán (08-09), Reyes estaba en Benfica. Es posible que hubiera dependencia de un jugador en ese momento de forma, pero también la ha habido con Agüero en años posteriores y no hubo ese debate. Al volver Reyes y crecer, quizá hubo choque. Pero básicamente porque el equipo andaba mal. La mente de un futbolista funciona con mecanismos muy primarios: si el equipo gana, de buen rollo con todo el mundo. Si palma, saca lo peor de cada carácter. El comienzo de la 10-11, con su inexplicable sequía, no mejoró la confianza de Forlán, que no se vió apoyado por la grada. Eres el mejor jugador del Mundial, has forzado sin vacaciones para estar en la Supercopa Europea que se ganó... Sientes que has dado mucho y la afición no corresponde. Además, el Madrid lleva meses tonteando contigo. Luego todo se encharcó por varias desclaraciones de desplante, mal llevadas y que se interpretaron así, básicamente, porque Forlán andaba de pena. Porque otros jugadores, como Aguero con el Inter, dijero algo parecido y no se sobredimensionó tanto.
Y sobre Forlán-Quique, a mí siempre me dió la impresión que la tensión seria empezó mucho más tarde de lo que los medios decían. Quique tuvo infinita paciencia con él. Le esperó, tuvo miles de sesiones individuales de terapia, le puso de titular estando mal, le defendió en los medios... Al uruguayo le crispó no salir de ese bucle y Quique tiró la toalla. Le sacó del equipo los dos últimos partidos, cuando pudo hacerlo mucho antes. Quique le reprochó todo lo que dió y lo poco que le correspondió Forlán, y el uruguayo incluyó a Quique en su lista negra. La Copa América le dió perspectiva, le liberó y volvió a tener nivel. Pero el Atleti ya tenía decidido venderlo.
Es triste que en un mes hayan salido dos de los goleadores atléticos más grandes de todos los tiempos. Dos tios de los que salen en los libros.
Y digo yo, ¿No será que se le vende porque ya el año pasado estaba en el ocaso de su carrera?
¿Hasta cuando hay que aguantar a un jugador porque en el pasado fue grande?
¿Acaso irse a la liga italiana, con todo lo que de cementerio de elefantes tiene, no es una señal clara de que no hay para más?
¿Mandará a la grada de San Siro a mamarla?
Y digo yo, en cualquier caso, 5 que ingresas y 5 que ya no vas a pagar de sueldo por un tio de 33, me parece de las mejores operaciones de Caminero desde que llegó.
Hoy en El País viene un artículo del que extracto lo siguiente:
A diferencia de Agüero, Forlán siempre resultó sospechoso para la directiva del Atlético. Las dificultades que encontró en el verano de 2009, cuando renovó su contrato hasta 2013 tras meses de negociaciones que necesitaron la mediación de Abel Resino y su círculo siendo el icono rojiblanco del momento, dieron inicio a una relación agria con el consejero delegado, Miguel Ángel Gil Marín. El futbolista no entendía la lentitud en el acuerdo pese al interés del Barcelona por ficharle, su condición de dos veces bota de oro y el hecho de haber metido casi él solo al equipo en la Champions. Gil Marín prefería al Kun por su proyección y su maleabilidad. "Se llevan nueve años de diferencia. Forlán lee a Vargas Llosa y es muy independiente. A Agüero hay que explicarle quién fue Hitler o en qué consiste el trabajo de un cirujano. Dentro del campo se entienden, pero fuera no tienen nada que ver. Son como el agua y el aceite... Uno es un hombre y el otro un niño", recuerdan en el Calderón.
GilMa como buen borrico siempre fiel a “Nunca contrates a uno más listo que tu”. Ahora lo entiendo un poquito más.
Hola a todos. De momento no puedo ver los partidos, así que me limito a seguir vuestras crónicas y observaciones con mucho interés. Gracias por compartirlas.
En cambio, sobre Forlán sí que me animo a añadir alguna cosa a lo que ya hemos hablado otras veces.
Recuerdo que Marineroentierra hace algún tiempo señaló la interesante coincidencia de los períodos de baja forma de Forlán con los años de Mundial y Copa América. La sospecha de que se ha estado dosificando para llegar en el pico de forma y sin lesiones a la competición de selecciones nacionales en el mes de junio dos años seguidos me parece muy verosimil. Siempre empezó las temporadas muy bajo de forma, de menos a más, pero lo de los dos últimos años no se explicaba sólo por haber superado la treintena. Y la mejoría notable de su rendimiento físico posterior en Sudáfrica y Argentina tampoco. El Calderón lo silbaba porque tomaba por desidia lo que acaso no era más que calculada falta de intensidad para no romperse y llegar con el punto de forma justo al final de la temporada. Los silbidos no ayudan ni al jugador ni al equipo. No obstante, muchos domingos he compartido completamente la irritación de quienes le increpaban.
Los vestuarios son opacos. La enemistad entre compañeros puede deberse a muchos motivos que nunca conoceremos. Me ha llegado un rumor creo que bien fundado que no haré público aquí por respeto al jugador de que la animosidad de una parte del vestuario hacia Forlán tiene una explicación de la que no se habla, patética, por otra parte, basada en el prejuicio, la intoleracia y actitudes adolescentes, en la que el uruguayo no tiene ninguna responsabilidad. Quizá alguna de esas claves se revele algún día.
Seguramente El País tenga razón, Leiva, y a todo lo anterior (su dosificación calculada y la animosidad idiota de algunos compañeros) haya que añadirle también el desecuentro entre el jugador y el club que le hizo no sentirse lo suficientemente valorado tampoco por la institución. Si la grada no lo valoraba, los compañeros tampoco y el club menos que nadie, su rendimiento no podía ser muy alto.
Incluso si sólo un 30% de lo anterior fuese correcto, sería suficiente para estar bastante incómodo, justificar que él buscase otros aires y el club un sustituto. Gracias uruguayo, por los servicios prestados y buena suerte. Bienvenido, Falcao.
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