Discreto debut de Falcao, que no remató ningún balón. El Atlético lleva 180 minutos sin marcar.
Gran Diego Ribas. Lideró la ofensiva en la segunda mitad. Manzano le metió de mediapunta en el 4-2-3-1 primero, y el 4-1-4-1 final.
El Atlético sigue apostando por el juego de posesión -54%-. Volvió a superar al rival en la circulación: 557 pases vs 426 del Valencia.
El Valencia dió ante el Atlético un golpe de autoridad, más que de juego. Un partido atropellado, intenso, rasgado en un suspiro por una aparición fabulosa de Soldado, pistolero del campeonato -4 tantos en 2 citas-, pero que deja el rastro de intenciones que Manzano viene sembrando desde su llegada. Venció el conjunto ché porque aún va un escalón por delante, pero terminó viéndose débil, acorralado y sin munición ante la estampida rojiblanca del último tercio del encuentro, liderada por un animoso Diego Ribas. La caballería atlética llegó tarde, pero el toque de corneta mandó un mensaje que los valencianistas no esperaban escuchar: la diferencia entre las dos grandes segundas fuerzas del campeonato se ha recortado. Equipos del mismo rango pero en distintas fases de construcción, que impidió la disputa real del puntaje.
Encendió pronto Emery el martillo pilón del Valencia, que dedicó la primera media hora a percutir el centro de la defensa a través de Soldado, y a lanzar su vertiginoso juego en los costados, con Miguel meteórico. Se acercaban los locales, pero Courtois se agigantó en un par de pedradas que el chaval convirtió en arenisca. El belga es un portero mayúsculo, en otra órbita. Con 19 años muestra una seguridad que probablemente solo posea otro portero de su generación, precisamente el anterior ocupante del arco atlético. La elección de su titularidad avala el olfato de Manzano.
Atropelló el partido que el Atlético respondiera con la misma intensidad. Falcao y Adrián revoloteaban por delante de Reyes en un juego de desmarques que el asturiano aún domina mejor que el fichaje estelar atlético. Al colombiano se le vió incómodo, desencajado y con el ánimo de un jet-lag interminable. No tanto fuera de ritmo, sino más bien aletargado y perdido en el dibujo del grupo. Se movió lejos del área, cayendo a los costados, donde su juego no tiene interés, y cuando buscó el remate se estrelló contra el hormigón de Rami y Víctor Ruiz.
Un abismo con Soldado, en estado de gracia. Recién arrancada la segunda parte, Miguel cabalgó por el pasillo que le dejó Filipe y metió un comba para la llegada del delantero, al que le fue la vida en el remate. Desplazó a Miranda, le superó en el salto y reventó un testarazo a la red de Courtois. El gol le llegó al Valencia en su penúltimo esfuerzo, justo antes de dar la batalla balompédica por perdida y administrar esfuerzos para el achique. Porque a partir de ahí, el campo se inclinó.
Manzano abrió el armario y sacó consecutivamente a Arda, Diego y Juanfran. Todo lo que tenía, hasta terminar con un dibujo desbrozado, imposible, retirando dos mediocentros para arremeter con una línea de cinco atacantes por delante de Gabi. Panza arriba y a empeñones, pero con orgullo, el Atlético empujó con aires de grandeza. Con el compromiso que sienten los equipos que se deben obligados a ganar siempre sin excusa. Olor a otras épocas. No lo logró, pero el espíritu servirá en otras citas.
La aparición de Diego fue un bálsamo. La convicción para el resto del plantel de que el talento está de su lado. Para el brasileño no ha habido adaptación. Anunció prudencia Manzano ante un futbolista que llevaba tres meses fuera de ritmo, pero nadie imaginaba que estuviera en semejante nivel. No había duda de sus cualidades, pero sí de su predisposición a ponerlas en liza. En Mestalla avanzó pinceladas de su estado anímico: pidió el balón, acudió al rescate, se asoció y llegó.
El Atlético se instaló en el balcón del área con toda su artillería y arrolló al Valencia, que resistió con un Guaita estelar hasta el último suspiro. No ganó, porque se gripa en la última franja del campo, pero sus carencias parecen solucionables. Pasan por mejorar la fase de definición, la que más precisión exige, y donde las mejores piezas han llegado con retraso.
Este Atlético está verde, pero es un novato de grandes aspiraciones. La ambición le viene de la construcción de una hoja de ruta donde se ve protagonista, donde se exige un estilo por encima del resultado. Perder no es una opción, ni siquiera en un campo donde se hubiera disculpado una derrota mínima. Afina su actitud ganadora y su margen de mejora es enorme. Le queda el ajuste necesario de quién deja deberes sin hacer. Su engranaje a mediados de septiembre aún chirría como debió hacerlo en agosto. Pagará con puntos utilizar una competición para terminar su fase preparatoria. Pero está en el camino. Le queda empezar a recorrerlo, y que, cuando lo haga, sus rivales no se hayan alejado demasiado.
Encendió pronto Emery el martillo pilón del Valencia, que dedicó la primera media hora a percutir el centro de la defensa a través de Soldado, y a lanzar su vertiginoso juego en los costados, con Miguel meteórico. Se acercaban los locales, pero Courtois se agigantó en un par de pedradas que el chaval convirtió en arenisca. El belga es un portero mayúsculo, en otra órbita. Con 19 años muestra una seguridad que probablemente solo posea otro portero de su generación, precisamente el anterior ocupante del arco atlético. La elección de su titularidad avala el olfato de Manzano.
Atropelló el partido que el Atlético respondiera con la misma intensidad. Falcao y Adrián revoloteaban por delante de Reyes en un juego de desmarques que el asturiano aún domina mejor que el fichaje estelar atlético. Al colombiano se le vió incómodo, desencajado y con el ánimo de un jet-lag interminable. No tanto fuera de ritmo, sino más bien aletargado y perdido en el dibujo del grupo. Se movió lejos del área, cayendo a los costados, donde su juego no tiene interés, y cuando buscó el remate se estrelló contra el hormigón de Rami y Víctor Ruiz.
Un abismo con Soldado, en estado de gracia. Recién arrancada la segunda parte, Miguel cabalgó por el pasillo que le dejó Filipe y metió un comba para la llegada del delantero, al que le fue la vida en el remate. Desplazó a Miranda, le superó en el salto y reventó un testarazo a la red de Courtois. El gol le llegó al Valencia en su penúltimo esfuerzo, justo antes de dar la batalla balompédica por perdida y administrar esfuerzos para el achique. Porque a partir de ahí, el campo se inclinó.
Manzano abrió el armario y sacó consecutivamente a Arda, Diego y Juanfran. Todo lo que tenía, hasta terminar con un dibujo desbrozado, imposible, retirando dos mediocentros para arremeter con una línea de cinco atacantes por delante de Gabi. Panza arriba y a empeñones, pero con orgullo, el Atlético empujó con aires de grandeza. Con el compromiso que sienten los equipos que se deben obligados a ganar siempre sin excusa. Olor a otras épocas. No lo logró, pero el espíritu servirá en otras citas.
La aparición de Diego fue un bálsamo. La convicción para el resto del plantel de que el talento está de su lado. Para el brasileño no ha habido adaptación. Anunció prudencia Manzano ante un futbolista que llevaba tres meses fuera de ritmo, pero nadie imaginaba que estuviera en semejante nivel. No había duda de sus cualidades, pero sí de su predisposición a ponerlas en liza. En Mestalla avanzó pinceladas de su estado anímico: pidió el balón, acudió al rescate, se asoció y llegó.
El Atlético se instaló en el balcón del área con toda su artillería y arrolló al Valencia, que resistió con un Guaita estelar hasta el último suspiro. No ganó, porque se gripa en la última franja del campo, pero sus carencias parecen solucionables. Pasan por mejorar la fase de definición, la que más precisión exige, y donde las mejores piezas han llegado con retraso.
Este Atlético está verde, pero es un novato de grandes aspiraciones. La ambición le viene de la construcción de una hoja de ruta donde se ve protagonista, donde se exige un estilo por encima del resultado. Perder no es una opción, ni siquiera en un campo donde se hubiera disculpado una derrota mínima. Afina su actitud ganadora y su margen de mejora es enorme. Le queda el ajuste necesario de quién deja deberes sin hacer. Su engranaje a mediados de septiembre aún chirría como debió hacerlo en agosto. Pagará con puntos utilizar una competición para terminar su fase preparatoria. Pero está en el camino. Le queda empezar a recorrerlo, y que, cuando lo haga, sus rivales no se hayan alejado demasiado.
6 comentarios:
Una de las cosas que más me gustan de sus crónicas, sr. elhumanist@, es precisamente que huye de heroísmos o derrotismos innecesarios. Ni ayer teníamos equipo de champions ni hoy bajaremos a segunda. Siempre encuentra el matiz, siempre lo sitúa en equilibrio... Y cuánta razón en aquello de "(...) el Atlético empujó con aires de grandeza. Con el compromiso que sienten los equipos que se deben obligados a ganar siempre sin excusa. Olor a otras épocas". Hoy cuando he leído en algún foro críticas porque Manzano no fue a por el partido ya sí que me convencí de que hay muchos aficionados del atleti que no ven los partidos que yo veo. Pero cada uno es libre de ver lo que quiera, claro está.
Para mí perder 1 - 0 con el Valencia en su campo entra dentro de lo esperable. Si encima es perdiendo como se perdió, a los puntos y con opciones hasta el último toque de campana, al menos me reconforta. Este atleti sí que juega a algo. La incorporación de Diego aporta fantasía (solo el caño y el 1,2 que hizo) algo que no se veía desde Juninho. Aún así hay gente que critica la incorporación del brasileño.
Esperemos que los resultados acompañen pronto, pero después de mucho tiempo creo que al menos las cosas se están intentado hacer bien (a riesgo de que nos tilden de "colaboracionistas"). Un saludo para todos.
@txetun. "Observar el partido sin ver el marcador" o algo así, escuché una vez. Es un ejercicio curioso, muy Lillo, pero que limpia la mirada y permite regatear resultismo.
A parte de eso, puedes criticar a Manzano por no sacar antes a Diego. Pero igual le saca de inicio y a los 20 minutos está con la lengua fuera, le desenchufa, le tienes que cambiar, etc. Alguien sabe mejor que Manzano como estaba ayer Diego de ganas, forma, etc? Alguien sabe cómo afectaría a un grupo que viene rodado que sentara a Gabi o Tiago? Manzano tiene que gestionar un grupo, no un tío solo. Y si algo fue Manzano ayer es valiente. Terminar con Gabi - Juanfran, Diego, Arda, Reyes - Falcao y encerrar al rival en el campo más difícil fuera de RMA y FCB. Más allá de que la pelota entrara o no, chapó Manzano hasta ahora.
Yo no pude ver el partido, he visto esta mañana la segunda parte.
Saco varias conclusiones: la primera, que todavía estamos un escalón por debajo del Valencia en cuanto a conjunción de equipo, en cuanto a automatismos tácticos. También tiene que ver que jugábamos fuera de casa, contra el -sin duda- máximo rival para el tercer puesto. Insisto, ayer se demostró que estamos por debajo en ese sentido, más que nada porque Emery es un entrenador que me encanta, tiene a sus jugadores en tensión y salen como balas, exhibiendo un juego sencillo, de combinación y altamente efectivo. Se demostró, aun así, que no estamos por debajo ni en calidad -de hecho creo que somos superiores en esto- ni en compromiso y ambición -empezando por Manzano y sus cambios.
Por lo tanto, lo que he visto me ha parecido bien. Tienen las ideas claras, saben qué tienen que hacer y la pelota no entra. A Falcao hay que esperarlo, tiene detalles, pero ayer anduvo perdido, en parte por el excelente partido de la defensa del Valencia y por nuestra incapacidad para centrar una sola vez con algo de peligro.
Se necesita que los jugadores de segunda línea lleguen más, como llegaron ayer Diego o Arda al final. No comentas nada del turco, pero es un jugador que conectará mucho con la grada; irregular, carismático y con despliegue defensivo.
Hay que esperar y tener paciencia, y yo creo que la gente la va a tener, porque disfruta con su equipo y ve una cosa que hacía tiempo que no veíamos, que es calidad. Cada jugador sabe que hacer con la pelota, no la rifa. Y eso es de agradecer.
Gracias una vez más "maestro".
Yo sí pude ver el partido entero y nunca tuve la sensación de que se pudiera ganar. Se apreciaba la diferencia de escalones en la que están uno y otro equipo y si bien cada ataque valencianista me ponía los pelos tiesos, los del Atleti los vivía con la incógnita constante de en qué acabaría aquello.
Viendo lo positivo, me encantó la cantidad de variables que se atisban cuando DIego, Arda, Reyes y Falcao se entiendan. Y mencionando al utrerano me alarmó su desaparición casi total durante gran parte del encuentro. Acostumbrado como estaba a sus diagonales a pierna cambiada y a sus apariciones fulgurantes echándose el equipo a la espalda, espero que se adapte pronto al equema del "mister", porque el equipo le necesita.
Veremos el jueves.
Exacto Señor Humanisto!
Yo vi un partido muy igualado, pero un equipo mucho más hecho, el Valencia. Ufff, pero que peligro tienen los jodíos! Soldado está en una forma increíble. Menudo golazo, no podía ser de otra manera para superar al porterazo Courtois, y casi se lo para.
Yo también veo los partidos más allá del resultado, a pesar de perder y empatar me han hecho disfrutar, y estoy seguro que en esta línea se llegará lejos. Prefiero no ganar tanto título y jugar así, que ganar como se ganó la europa ligue.
Manzano se está ganando mis respetos a base de bien. Tanto con los cambios, como la idea de juego, como lo que comentas muy bien sobre el novato con grandes aspiraciones, que empuja con aires de grandeza. El atleti se empieza a parecer a Márquez al comienzo de moto2 (ojalá!)
Arda me encantó a mi también, es un jugador de lujo, como apura el tío con el balón pegadito.. Del resto ya está todo muy bien dicho.
Dejemos que sigan engranando, y a ver si metemos uno por lo menos, que seguro que después caen más fácilmente.
Saludos
Esperemos que la grada tenga paciencia. Si la tiene la grada la tendrá el palco. Hay mimbres, se pueden hacer variaciones y, lo más importante, se PUEDE tener la pelota más que el contrario.
Un pequeño pero: Yo no hubiera quitado a Adrián.
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